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30 de junio de 2010

Memoria y verdad

Charly García cantaba “los amigos del barrio pueden desaparecer… los que están en los diarios pueden desaparecer” en su tema Los dinosaurios (1983), inspirado en el tiempo que vivió la dictadura de Videla con líderes de oposición encarcelados y luego fusilados, cuerpos que aparecían flotando en los ríos, prisioneros lanzados desde aviones y una lista de miles de desaparecidos, en la que desde 1977 consta Rodolfo Walsh, periodista, escritor y activista político, que en uno de sus libros (anterior al new journalism de Capote) relata la historia real de siete sobrevivientes, civiles, que fueron fusilados en junio de 1956 durante un intento de golpe de estado al Gobierno (dictadura) de Aramburu.



Termino de leer ese intento de buscar justicia y advertencia de lo que está por venir que es “Operación Masacre”, y no puedo dejar de pensar en el Informe de la Comisión de la Verdad recientemente publicado en el país con todas las opiniones y comentarios que ha generado.

Pedro Valverde, de pobre y despectiva pluma, en su columna “¿Más leña para el fuego?” escribe acerca de si era necesaria la conformación de la Comisión para investigar los casos atentatorios a los derechos humanos, porque esto nos costará dinero por posibles demandas. ¿El Estado no debe acaso responsabilizarse y procurar que se tomen las medias para que estos sucesos no vuelvan a ocurrir? El Arzobispo de Portoviejo, José Mario Ruíz Navas, recomienda algo parecido con su mejor olvidar para perdonar en su editorial “La justicia extrema se toca con la injusticia”. ¿No es igual a dejar en la impunidad estos actos para no revivir hechos traumáticos?
Recientemente se discutía acerca de los excesos de la justicia indígena, que pueden llevar a castigos semejantes a la tortura o incluso la pena de muerte. ¿El Estado impartiendo justicia propia no se compara con lo actuado en varias comunidades indígenas que ha generado rechazo? ¿O por haber sido órdenes provenientes del Gobierno de turno estuvo justificado privar de sus derechos a las personas? Y además, ¿el Informe únicamente debía investigar casos de violación de derechos perpetrados por el Estado? Revista Vistazo elaboró un especial en el que después de relatar cronológicamente los hechos, le dedica un espacio a los capítulos olvidados por la Comisión de la Verdad, donde se menciona el asesinato a policías cometidos por miembros de Alfaro Vive Carajo; ¿o al estar constituida dicha Comisión por familiares y antiguos activistas (resaltado por Ana María Raad en su editorial “La mala memoria”) de grupos beligerantes estos no pueden aparecer? ¿Los integrantes de las investigaciones no deberían ser personas alejadas a los hechos para no causar sospechas como las que actualmente se tienen?

Estoy empezando a leer el Informe con sus más de dos mil páginas, (supuesta) parcialidad al tener una visión única, acusaciones de ser un instrumento político y otras polémicas que generaron con su presentación, semejantes a las que surgieron en el resto de las más de treinta Comisiones de la Verdad en países como Argentina (presidida por Ernesto Sabato), Chile, Perú y Guatemala, en el que esperaba que la mirada al pasado más oscuro ayude a mejorar el sistema de justicia (situaciones en cárceles por ejemplo), evitar la impunidad y en el respeto de los derechos humanos por parte de las instituciones, para que los sucesos redactados jamás se repitan; pero por el momento la sensación que queda con el debate surgido, a diferencia de Roberto Walsh que lo tenía todo claro en su investigación, es que al igual que estas líneas quedan más preguntas que respuestas.
P.D. Acá la versión online de "Operación masacre".


Los hacen salir a la calle, de a uno. Y allí los está esperando el jefe, que no tarda en repartir nuevos gritos, trompadas y culatazos a medida que los suben en el colectivo. A Livraga le martilla fuertemente el estómago con el cañón de la pistola, gritando: –¿Así que vos ibas a hacer la revolución? ¿Con esa facha? A Carlitos Lizaso le ha dicho lo mismo. A todos les va preguntando el nombre. La mayoría no le significan nada, se adivina en el gesto desdeñoso, en el “¡Anda, seguí!” con que los empuja hacia el colectivo. Pero el de Gavino parece toda una revelación para él. Se le ilumina la cara de alegría. Lo sujeta fuertemente por el cuello y de un golpe le introduce el cañón de la pistola en la boca. –¡Así que vos sos Gavino! –aulla–. ¡Así que vos...!

4.45. Parece que Rodríguez Moreno estuviera tratando de ganar tiempo. No ha de resultarle muy agradable salir con semejante noche para matar a diez o quince infelices. Personalmente está convencido de que más de la mitad no tienen nada que ver. Y aun los otros le inspiran dudas. Nerviosos partes se cambian entre él y el jefe de Policía, que ya ha llegado a La Plata. Las instrucciones son terminantes: fusilarlos. La alternativa: quedar incluido él mismo en la ley marcial. Parece que hasta se habla de mandarle un delegado con tropas.

Benavídez salta. Siente los dedos de Carlitos que se deslizan entre los suyos. Con desesperada impotencia comprende que el chico se le queda, sepultado bajo los tres cuerpos que se le echan encima. Abajo, los policías oyen el tiro a retaguardia y por una fracción de segundo titubean. Algunos se dan vuelta. Giunta no espera más. ¡Corre! Gavino hace lo mismo. El rebaño empieza a desgranarse. –¡Tírenles! –vocifera Rodríguez Moreno. Livraga se arroja de cabeza al suelo. Más allá, Di Chiano también se zambulle. La descarga atruena la noche. Giunta siente una bala junto al oído. Detrás oye un impacto, un gemido sordo y el golpe de un cuerpo que cae. Probablemente es Garibotti. Con prodigioso instinto, Giunta hace cuerpo a tierra y se queda inmóvil. A Carranza, que sigue de rodillas, le apoyan el fusil en la nuca y disparan. Más tarde le acribillan todo el cuerpo. Brión tiene pocas posibilidades de huir con esa tricota blanca que brilla en la noche. Ni siquiera sabemos si lo intenta. Vicente Rodríguez ha hecho cuerpo a tierra una vez. Ahora oye los vigilantes que se acercan corriendo. Trata de levantarse, pero no puede. Se ha cansado en los primeros trein-ta metros de fuga y no es fácil mover el centenar de kilos que pesa. Cuando al fin se incorpora, es tarde. La segunda descarga lo voltea. Horacio di Chiano dio dos vueltas sobre sí mismo y se quedó inmóvil, como si estuviera muerto. Oye silbar sobre su cabeza los proyectiles destinados a Rodríguez. Uno pica muy cerca de su rostro y lo cubre de tierra. Otro le perfora el pantalón sin herirlo. Giunta permanece unos treinta segundos pegado al suelo, invisible. De pronto salta como una liebre, zigzagueando. Cuando presiente la descarga, vuelve a tirarse. Casi al mismo tiempo oye otra vez el alucinante zumbido de las balas. Pero ya está lejos. Ya está a salvo. Cuando repita su maniobra, ni siquiera lo verán. Díaz escapa. No sabemos cómo, pero escapa.* Gavino corre doscientos o trescientos metros antes de pararse. En ese momento oye otra serie de detonaciones y un alarido aterrador, que perfora la noche y parece prolongarse hasta el infinito. –Dios me perdone, Lizaso –dirá más tarde, llorando, a un hermano de Carlitos–. Pero creo que era su hermano. Creo que él vio todo y fue el último en morir.

–¡Si avanzas un paso, te levanto la tapa de los sesos! –le informaba a intervalos regulares–. ¡Si hablas, te levanto la tapa de los sesos! ¡Si haces un gesto, te levanto la tapa de los sesos! Su vocabulario era más bien limitado, pero convincente. De a ratos, sin embargo, lo incitaba: –Anda, movete, así te puedo pegar un tiro. El prisionero no ensayaba el menor ademán. De tanto en tanto el otro parecía cansarse y enfundaba el arma. Pero después volvía a su divertido juego. Lo empujaban deliberadamente a la locura. En los cambios de guardia se producían conversaciones en voz baja, calculadas para parecer secretas y al mismo tiempo para que el detenido alcanzara a oírlas: –Esta noche “sale”... –murmuraba uno. –¿Para dónde! –contestaba otro con una risita. –Dos veces no se salva ninguno. No le daban de comer, salvo algún sandwich, con intervalos de horas. Cuando quiso dormir, tuvo que tenderse en las heladas baldosas. Gritos que llegaban de afuera le cortaban el penoso sueño. –¡Cuidaaado, que se escaaapa! ¡Cierren todas las ventanas! Parece que lo incitaban a la fuga. Al fin y al cabo no era tan difícil. No estaba en un verdadero calabozo. Giunta no se dejó tentar.

15 de octubre de 2008

Estados Unidos y Derechos Humanos

Alfonso Reece, en el UNIVERSO a finales de Junio, escribió: La gran nación norteamericana y sus instituciones continúan siendo la mayor reserva moral de la humanidad... En la película “The Barbarian Invasors”, mi diálogo favorito, por su contenido, es cuando el protagonista del film, moribundo, habla con sus amigos de cómo la inteligencia siempre llega al mundo de forma colectiva: Sócrates y Platón juntos son un ejemplo, pero mayor relevancia le otorga a 1776, año en que se juntaron Washington y compañía. Algo semejante debió experimentar Reece mientras escribia su columna.

Pero ese EUA es el del pasado, y Reece lo acepta al afirmar que en la retoma estricta de sus principios originales (Constitución) reside el futuro de la libertad, la democracia y la prosperidad en toda la Tierra. La reflexión de "EUA del pasado", no solo viene de haber apoyado a Somoza, Stroessner, Pinochet, y muchos otros, sino también de los hechos presentes:

En EUA, 7 millones de personas habitan en cárceles o viven bajo libertad condicional y 1 de cada 31 está bajo supervisión judicial; en la comunidad afroamericana la cifra aumenta a 1 de cada 9 personas las que están tras las rejas. Sólo se le acerca China (con un régimen represivo y 4 veces su población) con 1.6 millones de reos. Para Sergio Sotelo (investigador): no es solo el celo legalista y la jurisprudencia de la mano dura la causante de las cifras, también se remite a los altos niveles de violencia de la cultura norteamericana; la severidad de las condenas (10 años es algo normal); el fervor de la lucha contra las drogas ilegales; la falta de una red de asistencia pública que sirva de soporte para quienes se encuentran en situación de carencia o marginalidad, y el “temperamento nacionalista” a la hora de dictaminar leyes. De este último punto, es preocupante la ley aprobada (por la Cámara de Representantes) el 23–10–07, donde según Ramón Pedregal (Revista Pueblos): se permite interrogar, juzgar y encarcelar a los disidentes, a través de un Acta de Prevención que puede recoger todo tipo de información sobre los ciudadanos. Así podrán estar alertas de posibles estudiantes y profesores que no estén de acuerdo con las políticas del Gobierno. En pocas palabras: perseguidos por sus ideas. ¿No les viene a la memoria McCarthy o la Inquisición?

Las guerras de la era Bush (después del 11-S) han sido la negación absoluta de los derechos humanos. Así se invadió Afganistán e Irak (sin armas de destrucción masiva), asesinando a niños, mujeres y civiles ajenos al conflicto, mediante la contratación de mercenarios a sueldo; además de haber sistematizado la tortura, desapariciones y ejecuciones extrajudiciales. De esto último se tienen como pruebas las fotografías de Abu Ghraib, Guantánamo y el informe de “Médicos por los derechos humanos”. Aquí se detallan las torturas recibidas por 11 prisioneros después liberados sin habérseles encontrando ninguna acusación: A todos los golpearon, a uno lo sodomizaron con un palo de escoba, , tres dijeron haber recibido choques eléctricos, se los humillaba sexualmente, se les privaba el sueño, entre otras abominaciones. Como dice Bob Herbert, la tortura es un ataque criminal contra el ser humano. Torturas haciendo a un lado la Convención de Ginebra y utilizando ciudadanos norteamericanos para llevarlas a cabo (no es esta la única forma), todo mediante el “limbo legal” de que Guantánamo no está en la jurisdicción norteamericana o que Irak y Afganistán son “estados fracasados” sin protección de los convenios internacionales. Así también los EUA no se suman a la Corte Internacional Penal de la Haya y mantienen a más de 13 mil indocumentados encarcelados sin juicio alguno.

Todo esto pasa mientras nos hacemos de la vista gorda y esa afirmación de Jim Carter de “los derechos humanos inventaron a América” cada vez va quedando atrás.

Nota final: Los actos del Ejercito de EUA en Afganistán e Irak son de tal cantidad que se podría construir una biblioteca del horror con sus relatos. Abajo dejo una pequeña introducción.

FUENTES:
1776, por Alfonso Reece.
http://www.eluniverso.com/2008/06/30/0001/21/1F6A5AB0DC494940A4F57219E3A7C970.html
Un país entre rejas, por Sergio Sotelo.
http://sselblog.wordpress.com/2008/07/28/un-pais-entre-rejas/
Los derechos humanos en Estados Unidos, por Ramón Pedregal Casanova.
http://www.revistapueblos.org/spip.php?article884&var_recherche=estados%20unidos%20derechos
Demasiado Humano, por Bob Herbert.
http://www.eluniverso.com/2008/07/02/0001/21/EBBF5E6B744342DC90A04E5EAA474F07.html
La tortura como procedimiento: De Abu Graib a la Base Naval de Guantánamo, por Ángeles Diez
http://www.revistapueblos.org/spip.php?article14&var_recherche=estados%20unidos%20derechos
Derechos humanos en EE.UU.: el espejo rojo, por Brett Allan King.
http://www.revistapueblos.org/spip.php?article1316&var_recherche=estados%20unidos%20derechos
Canción contra la tortura, por M.Cerdan.
http://www.interviu.es/default.asp?idpublicacio_PK=39&idnoticia_PK=53365&idseccio_PK=558
Estados Unidos y los Derechos Humanos, por Tribunal Dignidad, Soberanía y Paz contra la Guerra.

9 de octubre de 2008

Bob

El día en que muera, sin que eso importe mucho para el lívido y maltrecho cuerpo anteriormente mío metido en un catafalco de pino sin respeto a mi ya difunta claustrofobia, durante el funeral no quisiera disparos al cielo ni discursos que conmuevan, sino que se escuche en el orbe de los aún vivos esta melodía:

Old pirates, yes, they rob I;
Sold I to the merchant ships,
Minutes after they took I
From the bottomless pit.
But my hand was made
strongby the and of the almighty.
We forward in this generation triumphantly.
Won’t you help to sing these songs of freedom?
cause all I ever have:
Redemption songs;
Redemption songs.

Para muchos, Bob Marley no pasa de ser un rato en la playa, en Montañita sentados en la arena siendo parte del breve ambiente epicúreo, con hippies del momento que se pasan los porros (los fasos diría Spinetta en su lunfardo) y esperan el final de la semana para volver a sus rutinas, a sus modas. Esos céfiros momentos también los sentí yo, pero entendí que mi realidad no es lo que determina a Bob y lo que fue él.

Bob Marley no es solo el símbolo de los bohemios del mar, de los adictos al elixir (entiéndase esto por alucinógenos) o de los aventureros con un montón de kilómetros y una mochila en la espalda, también es una influencia directa (aunque muchos no se den cuenta) en la gente que propone un cambio, en los que tenemos de profesión permanente al idealismo (sin que el idealismo sea excluyente de las tres actividades anteriormente mencionadas), esto siempre y cuando dejemos atrás los tabúes y las criticas a expresiones culturales que no entendemos.

Bob fue un activista no – político, brindaba conciertos gratis en su Kingston, Jamaica para promover la paz amenazada por los gángsters. Un 3 de diciembre de 1976, dos días antes de una de sus gratuitas presentaciones (Smile Jamaica), sufrió un intento de asesinato, provocado por los que en la Jamaica de entonces vivían del terror, donde fue gravemente herido junto a su productor y su esposa, Rita. A los dos días, a pesar de tener heridas de bala en el pecho, se paró en el escenario y cantó frente a 80 mil personas en el Smile Jamaica. Su justificación fue: “La gente que está tratando de hacer este mundo peor no se toma ni un día libre, ¿cómo podría tomarlo yo? Ilumina la oscuridad”.

Dos años después, luego de un exilio para evitar otro atentado, fue invitado por los dos candidatos a la presidencia de Jamaica para que participara en el evento “Concierto de la paz un solo amor”, evento realizado para confirmar la tregua entre las bandas criminales de Kingston. Durante el acto, Marley hizo posible que los dos principales líderes opositores se dieran la mano frente a 100 mil personas, demostrando una vez más que la música es el camino ideal a la convivencia pacifica. Por sus acciones de esa noche y su lucha contra la opresión, recibió la Medalla de la Paz de las Naciones Unidas y fue invitado por varios mandatarios africanos a las celebraciones de independencia de sus naciones; en un continente africano donde aun se respiraba esperanza, pasó por Kenia, Etiopia y Zimbawe.

No solo por su activismo Bob Marley es un referente para el idealismo, solo escuchando sus canciones tenemos un grito de libertad. ¡Que mejor himno que Get up stand up para las Naciones Unidas! y Redemption Songs para expresar lo que es dejar los rencores y el pasado a un lado; mientras mi memoria aun recuerda las incontenibles emociones que rezumaban de mi cuerpo que escuchaba a Gilberto Gil (ministro de cultura de Brasil) cantando Kaya (canción de Bob) frente a Kofi Annan en el día mundial de la paz.

Ahora que estamos en época de premios Nobel: propongo un Nobel póstumo de la paz para Marley y su obra.


8 de octubre de 2008

Del comercio internacional de armas

Con el crecimiento del gasto militar en el año 2006 (1 billón 58,900 millones de dólares) se superaron los niveles de la Guerra Fría. Este valor es 15 veces más que el gasto anual en ayuda humanitaria. El incremento, como todos sabemos, es impulsado principalmente por los conflictos en Irak, Afganistán y el resto de Oriente medio, además de un cambio en los modelos de propiedad y producción de principios de los 90 en los componentes de armas. Entres los cambios tenemos:

(1) Las principales compañías de armas ahora no solo se dedican a la manufacturación, sino ensamblan y adquieren componentes fabricados en todo el mundo, otorgando licencias o estableciendo subsidiarias en nuevos países (a menudo en vías de desarrollo), donde a cambio de transferir tecnologías, sus gobiernos, en su mayoría con débiles legislaciones (a diferencia de la que existe en la UE o EUA, sedes de la matrices de estas compañías), exportan las armas a cualquier destino; sin importar si en este existen claras violaciones de los derechos humanos, como es el caso de China vendiendo tanques de guerra alemanes a Irak, Sudán o Corea del Norte.

(2) Los principales exportadores de armas son Alemania, EUA, Francia, Gran Bretaña y Rusia (miembros del Consejo de seguridad de la ONU), dueños del 82% del mercado convencional. Sin embargo naciones como Brasil, Corea del Sur, China, Israel, India, Pakistán Sudáfrica y Turquía, con débiles o inexistentes legislaciones, tienen empresas entre las 100 principales comerciantes de armamento en el mundo. Con India por ejemplo, que ha destinado parte de sus exportaciones a destinos como Birmania y Sudán.

(3) Muchos de los componentes utilizados en armamento también sirven para numerosos artículos de usanza civil. Por ejemplo: los procesadores de señal digital que contienen los reproductores de DVD, pueden encontrarse en el sistema de guiado y adquisición de blanco de los misiles de aviones de combate. Estos componentes de doble uso que no aparecen en la lista de control de la UE, sólo se controlan si el componente se destina a un sistema de armamento nuclear, químico o biológico.

Estos cambios han permitido vacíos legales y pocos controles. Teniendo países que han invertido una mayor cantidad de dinero en gasto armamentístico que en salud, constando entre estos: Bangladesh, Nepal, Pakistán, Nigeria, Congo, Ruanda, Sudán y Uganda. Según una investigación del Congreso de EUA, en el año 2004 las naciones de Asia, África, y América Latina gastaron 22,5 mil millones de dólares en armas (8% más que en el 2003), dinero suficiente para cumplir con los Objetivos del Milenio de escolarizar a todos los niños y niñas y reducir en 2/3 partes la mortalidad infantil. Sumado a esto la cifra que oscila entre 280 y 370 mil muertes anuales producto de la violencia armada, las graves violaciones de los derechos humanos como las ejecuciones extrajudiciales, torturas, desplazamientos forzados y la violencia sexual, y los desastrosos efectos de las guerras en los mercados internos, el combate a la pobreza y el desarrollo económico.

A través de la historia se han firmado tratados y se han tomado iniciativas para el control de armamento, sin embargo la mayoría (a excepción del Protocolo y los embargos de las Naciones Unidas) no tienen el carácter de vinculante y no se han añadido a las legislaciones de los países responsables de su cumplimiento. Tampoco existe una transparencia en las cifras.

Un Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas efectivo no impediría la producción y la transferencia responsable de armas para la defensa, el mantenimiento del orden y la paz y otros propósitos legítimos. Proporcionaría un “mismo campo de juego” para que todos los exportadores de armas compitan de una manera responsable.

En América latina y el Caribe: Venezuela y Colombia son los principales clientes de la industria armamentística.

Fuentes:
www.controlarms.org/es
Película: Hombre de guerra.

17 de septiembre de 2008

Un hombre corriente

“Imagínese una jaula llena de ratones rodeada de gatos, gatos que entran y salen de la jaula”, dice Paul Rusesabagina “imagínese eso y quizá podrá a empezar a tener una idea de lo que vivimos los que nos refugiamos dentro del hotel durante el genocidio”. Pero: ¿Quién es Paul Rusesabagina? Un hombre corriente, como él mismo se describe en su libro. Les explico un poco el contexto.

En Ruanda, por siglos, convivieron de manera simbiótica varias tribus provenientes de otras regiones, entre estas se hallaban los hutus y los tutsis, hasta que los jefes militares de estos últimos, iniciaron campañas militares contra los hutus, asesinando a sus príncipes y humillando a sus contrincantes, recordándoles que los tutsis eran sus amos. Así empezó una relación de vasallaje, aunque los dominadores eran la minoría y las relaciones socioeconómicas no estaban totalmente definidas. Pero la colonización europea, sea tarde o temprano, debía llegar en algún instante, Alemania y Bélgica, y ahora sí los distanciamientos entre ambas etnias se acrecentaron, llegando a utilizar incluso un documento de identidad para distinguirlos. En 1958, por las tensiones entre tribus, se produjo una revuelta de hutus pidiendo la salida de la monarquía tutsi, siendo de ahí en más, Ruanda, una supuesta república democrática, aunque con un periodo de dictadura en la década de los ochentas (350 mil hutus asesinados).

Ya en 1994, Ruanda, con un Gobierno hutu, es el escenario del peor genocidio después de la segunda guerra mundial. El presidente ruandés, acompañado con su homologo de Burundi, es asesinado cuando tutsis radicales derriban su avión. Este evento sumado a las presiones por el desplome de la economía nacional, las bajas en el precio del café y la rivalidad existente, provocó lo que algunos ya señalaban inevitable. En cien días 500 mil personas fueron asesinadas, 50 mil por día, cuatro cada minuto, casi todas tutsis, aunque también los hutus que quisieron salvar a sus amigos con diferente carnet, corrieron igual suerte. Mientras tanto, las fuerzas militares de EUA y la ONU se retiraron del país, y Al Gore inauguraba el museo del genocidio judío repitiendo varias veces ese hipócrita “nunca jamás”. El machete fue el instrumento predilecto de las bandas rebeldes, lo que volvía al suicidio o al pago por ser asesinado de un tiro, la mejor opción.

Aquí aparece Paul. Hutu con esposa tutsi, padre y Gerente de un prestigioso hotel belga, el Mille Collines (no es un puesto para cualquier ruandés). Pero: ¿Qué vuelve diferente a este hombre corriente? Durante la peor parte del genocidio, Paul fue capaz de salvar (o ayudar según propias palabras) a 1268 personas. En un principio solo le interesaba la supervivencia de su familia. Sin embargo a medida que se acrecentaban las matanzas, el hotel donde trabajaba sirvió de refugio para ruandeses de ambas etnias. Utilizó sus influencias, medios corruptos para hombres corruptos (alcohol y dinero para sobornar), y una línea telefónica, para que no ocurriera una masacre dentro del Mille Collines. ¿Pero por qué los militares no incumplían su palabra y asesinaban a todos los presentes? Después de todo, la mentira no era el mayor pecado cometido. En entrevista para diario EL PAIS de España, Paul decía que la clave consistía en detenerse a negociar y tratar a estos generales o comandantes con respeto y con honor, como si fueran personajes importantes, porque eso les importaba más que el dinero. Ahora el antes gerente vive en Bélgica y trabaja como taxista, debido un intento de asesinato mientras apoya la reconstrucción de Ruanda

Escribo sobre esto, aunque a muchos no les interese, porque estas barbaridades que para la mayoría no existen (en Ecuador gracias a los medios de comunicación), se siguen repitiendo en Darfur y el Congo; y también para recordar que existe un mundo más allá de nuestros ojos, incluso en Ecuador, que sin ser África, también tiene gente vegetariana a la fuerza porque el dinero no alcanza (el hambre después de la guerra, el peor asesino). Este vegetarianismo, que es el menor mal, sucede aquí y ahora, con regeneración urbana y con revolución ciudadana.

Fuentes:
Un hombre corriente, por Paul Rusesabagina.
Película: Hotel Ruanda, dirigida por Terry George.
El hutu salvador, por diario EL PAIS de España.
http://www.elpais.com/articulo/portada/hutu/salvador/elpepusoceps/20050227elpepspor_2/Tes
Paul Rusesabagina: Las palabras pueden salvar y pueden matar, para EL PERIODICO.
http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=396704&idseccio_PK=1006
Hotel Ruanda: Sobre héroes y premios, por BBC mundo.
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/newsid_4267000/4267399.stm
El genocidio de Ruanda, por Jesús Sordo medina para el proyecto HOMO HOMINI SACRA RES.
http://www.homohominisacrares.net/sec/historia/rwanda/ruanda1.htm

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