27 de diciembre de 2007

Más de la Parecon (entre utopías y distopías)

Como señale en el artículo anterior, la economía participativa fue creada para un mundo más solidario, equitativo y libre, por lo que se diseñaron una serie de objetivos a cumplir: Remuneración justa, autogestión, dignidad del trabajo y asignación de recursos participativas – repito que para que esto se pueda cumplir, en todo el mundo debería aplicarse este tipo de economía -. Por lo que en este espacio quisiera seguir hablando de esta alternativa, debido a que alguna de las recomendaciones o principio que sus autores señalan, podrían ser acatadas por el actual gobierno, teniendo en cuenta que varias de éstas puedan ser viables y las otras tan solamente podrían quedarse en utopías o en el caso que se lleven a cabo como distopías.

En la remuneración justa que fue la tratada en el editorial anterior junto a la reforma tributaria, creo como viable una redistribución de los ingresos en un futuro – esperando primero que los evasores paguen sus impuestos -, también en una remuneración más justa y libertad de hacer cada individuo la actividad que prefiera, sin importar el género, la etnia, raza, religión o preferencia sexual; sin embargo se ve como algo aún muy distante el pago de salarios únicamente según el esfuerzo y sacrificio sin remunerar a la persona por su capacidad de hacer mejor las cosas, utilizar mejor su ingenio o haber realizado una inversión estudiando para capacitarse y obtener un mejor salario realizando tareas que lleven mayores responsabilidad – teniendo en cuenta también el sacrificio que realizan personas en trabajos peligrosos o denigrantes -, pero la solución no es una igualdad en empleo, sino una igualdad en oportunidades, por lo que tampoco es algo positivo colocar impuestos de un 100% para las propiedades o herencias, donde en este caso se podría tomar una tercera vía que evite en un futuro un monopolio.

En el punto de la autogestión, el debate es un poco más filosófico y además parecería un poco más fácil si únicamente aplicamos el sentido común y el contexto en el cual se toman las decisiones y de qué forma estas afectan a todos, viendo como viable que la economía participativa promueva no solo una forma de resolver conflictos o tomar decisiones – sean estas de manera dictatorial, democrática, mayoría de dos tercios o consenso – sino que la manera se ajuste de acuerdo al problema y teniendo en cuenta que nadie influye sobre su definició, sino únicamente sus actores. La libertad de elegir lo que mejor nos parezca también es uno de los puntos razonables, si esto no causa un daño a los demás, también con una información clara para el total de las partes y que las personas tengan el suficiente consejo y capacidad para poder analizar la forma en que le afectan las distintas alternativas que se estén estudiando, esto mediante la creación de consejos de trabajadores y consumidores que consigan objetivos colectivos, se democraticen los presupuestos sociales y que todas las personas tengan voz y voto en todo lo que les afecte.

En lo que respecta a trabajo digno, lo que se trata es de dividir justamente las tareas a realizar de cada personas y de qué forma asignar estas para que también se cumpla el principio de auto gestión y no caigamos en un esclavismo, viendo algo como no muy factible sino en un futuro y con la mayoría de personas capacitadas en realizar distintas tareas; el de dividir de una forma equilibrada la carga de trabajo, es decir que una persona durante sus ocho horas de trabajo dedique un tiempo a barrer, un par de horas a hacer una cirugía y el resto del día se pase en realizar trámites administrativos, tampoco se ve factible el bajar el nivel de las personas que se encuentren en un nivel superior, a menos que estos no se lo hayan ganado por sus propios esfuerzos. En lo que si podrían existir alternativas interesantes es en una constante capacitación a las personas con un menor nivel de educación, de esta forma pueden ser partícipes en todo tipo de decisiones, es de resaltar además que se debería llegar a un equilibrio en que las personas se sientan satisfechas por el lugar en el que trabajan y por el puesto que ocupan, solo que únicamente esto podría realizarse en el tiempo y no en el plazo de horas.

La asignación de recursos participativa podría ser interesante si los consumidores, gerentes y trabajadores coordinan sus deseos de forma consciente, democrática, equitativa y eficiente mediante diálogos para ponerse de acuerdo en la producción y sus medios, consumir de acuerdo a lo que somos parte de la comunidad y no de acuerdo a nuestro poder. Esta asociación participativa se hace de acuerdo a la información dentro de las sociedades y a las asociaciones participativas democráticas, con esto se podrían adaptar precios reales a la economía, además que demuestra cuestiones como la solidaridad y el no dañar a los demás.

Esta economía solidaria traería muchos cambios como por ejemplo en la educación de las personas, también en cómo se maneja el estado y sus políticas y los principios de sustentación y conservación que debemos tener hacia los recursos naturales. A pesar de que no creo que esta economía participativa sea un modelo perfecto a salir, si creo que es una interesante contribución en el debate de encontrar soluciones para salir de la pobreza y para vivir en un mundo más equitativo y más respetuoso entre todos.
Fuentes:
Michael Albert, Economía participativa.

Parecon y reforma tributaria

Entre las alternativas para suavizar o parar los abusos del capitalismo salvaje, han existido varias propuestas por diferentes economistas de distintas ideologías, teniendo a Michael Albert y Rommel Hahnel con la señalada economía participativa – parecon en inglés -. Tomo este caso a consideración para encontrar las grandes similitudes entre el modelo que proponen estos autores y los alcances que se quieren obtener en la reforma tributaria que el ejecutivo entregó recientemente a la asamblea constituyente, siendo la principal finalidad de la economía participativa de reemplazar el principio de competencia para de ahora en adelante establecer uno de cooperación equitativa – principio con el que Rafael Correa se encuentra completamente de acuerdo si se ve la entrevista con Jorge Lanatta –.

La economía participativa abarca cuatro temas de exploración centrales para cumplir sus objetivos y que son los siguientes: Remuneración justa, autogestión, dignidad de trabajo y asignación de recursos participativa. Dentro de la remuneración justa se encuentran las principales implicancias de la reforma tributaria que se pretende que rija en el Ecuador dentro del próximo año, tratando este principio de que todas las personas en el mundo reciban un salario o compensación únicamente basados en su esfuerzo y sacrificio, es decir que el que menos contribuye en la comunidad en cuanto a producción reciba menos – veamos que este principio es igual al del socialismo del siglo XXI -. Albert y Hahnel establecen que esto es lo único que se debería recompensar y que las ganancias basadas en propiedad, poder y productividad no son moralmente ni económicamente lógicas porque únicamente se beneficiaría a unos pocos privilegiados, proponiendo ellos una masiva redistribución de ingresos para eliminar o por lo menos ir disminuyendo las inequidades actualmente existentes donde el 20% de la población mundial domina la mayoría de decisiones y dinero dentro de los distintos mercados.
Esta redistribución de ingresos se lograría según lo recomendando en los textos de economía participativa, mediante impuestos sobre beneficios que no premien la productividad sino al sacrificio y esfuerzo de una persona y que al final esta tasa impositiva llegue a un 100%, también se recomienda un impuesto progresivo sobre las herencias – que también llegue al 100% - y sobre los bienes de lujo para que ninguna persona pueda tener ventajas sobre otras y para que todos tengamos los mismo bienes y servicios, también Albert y Hahnel recomiendan que exista un tributo sobre el patrimonio y progresivamente sobre la renta que también tengan un tope del 100%; esto a cambio de que se de por parte del gobierno una mayor remuneración para las personas más pobres – y una menor para aquellos que reciben ingresos demasiados altos – o aumento del salario mínimo, un pleno empleo con la creación de empresas y puestos de trabajo con todos los impuestos que se recauden, un salario social donde el estado sea el encargado de darle a las personas salud, educación, vivienda, infraestructura, alimentación y entre otros servicios considerados básicos, además de distintos subsidios progresivos, es decir que las personas más pobres recibirían los mayores subsidios.

A pesar que estas recomendaciones se han dado por otros sectores u otros autores, a criterio personal son la esencia de las actuales reformas que quiere implantar el gobierno nacional, bajo principios nobles como la solidaridad, la equidad, la auto – gestión y libertad, sin embargo para lograr esto se están acatando medidas radicales que podrían afectar a diversos sectores y sobre todo que a la hora de tomar decisiones no ha existido un verdadero debate sobre las diferentes implicaciones que podría tener el mantenerse por el camino de la economía participativa – teniendo en cuenta que también promueve una democratización de los presupuestos y una participación igualitaria en todas las decisiones - y que repercuten a todos los habitantes del país, observando otras opiniones como las de Manuel Chiriboga donde trata las negativas consecuencias sobre el medio ambiente que puede traer el impuesto a las tierra improductivas, o las quejas sobre las penas de prisión porque alguno de los puntos tratados son subjetivos y la resta de recursos que disminuyen las autonomías para las provincias. Por lo que personalmente creo que el camino no está por la instauración de más impuestos en un comienzo, sino como dijo Carlos Vera la vía está por el lado de cobrar a los que no pagan, de esta forma podríamos crear una cultura tributaria además de recibir mayores ingresos sin necesidad de afectar a la población, además de alejarnos de nuestra dependencia del petróleo.
Nota: Hay que tener en cuenta que la asamblea constituyente ya dio un fallo sobre la reforma tributaria y que esto no es igual a lo que planteó en un principio el gobierno, sin embargo este editorial sirve para observar las similitudes entre los principios de la economía participativa y las distintas reformas económicas y su alcances que plantea el ejecutivo.
FUENTES
Manuel Chiriboga, Pedidos de Noche Buena, Publicado el 24/12/07 en el diario el universo.
Carlos Vera, Cobren primero, Publicado el 13/12/07 en la Revista Vistazo.
Michael Albert, Economía Participativa

22 de diciembre de 2007

¿Con el agua al cuello?

Además de la inestabilidad de los mercados de bienes y mercados financieros, los países en desarrollo también serán afectados por la inestabilidad del clima, debido a que son los más vulnerables a catástrofes naturales y los efectos de los cambios meteorológicos afectarían en la agricultura y en cuestiones referentes a soberanía alimentaria, salud y la consecución de los objetivos del milenio. Con estos antecedentes parecería que las naciones más pobres son utilizadas como los canarios en las minas de carbón, donde su muerte avisa a los obreros que existe un grave peligro de una catástrofe.

Es irónico esto porque los países más desarrollados son los mayores causantes de los efectos invernaderos dentro del medio ambiente y son los más pobres quienes primero pagaran las consecuencias de estas acciones; sin embargo es de resaltar las actividades de ciertas personas y organizaciones en la cooperación para la prevención y manejo de desastres naturales y campañas de concienciación para evitar el cambio climático, por lo que es importante referirse al documento publicado por OXFAM y denominado ¿Con el agua al cuello?, texto que sirve como un aporte a la ya amplia bibliografía referente a los efectos del cambio climático alrededor del mundo y en el que sus más importantes aportes radican en los tres principales retos que el hombre debe enfrentar con respecto al cambio climático: Detener y evitarlo, establecer cómo la población humana podrá vivir con el calentamiento global que ya no puede evitarse y cómo diseñar un modelo de progreso y desarrollo resistente al cambio climático, amigable con el clima y que distribuya equitativamente los recursos naturales.

Dentro de estos objetivos, existe un número de amenazas y respuestas que podemos encontrar, donde el principal referente es encontrar una adaptación, poniendo énfasis en temas como la alimentación – en la actualidad existen 815 millones de personas con problemas de desnutrición – donde las sequías e inundaciones pueden generar problemas de hambruna, el acceso al agua - 1200 millones no tienen acceso a este servicio básico -, la salud con posibles enfermedades como la malaria y en el caso de inundaciones el agua se contamina además de efectos nocivos por la polución en zonas urbanas o industriales. La energía también debe ser una prioridad mediante el acceso a fuentes renovables y eliminando la dependencia hacia los combustibles fósiles – que además son una fuente de conflicto y corrupción dentro de las comunidades donde se extrae la materia prima -, en los desastres nuestra visión del cambio climático es muy importante – los afectados por catástrofes naturales pasaron de 740 millones de personas en la década de los 70 a 2000 millones en la última década -.

Existen varias alternativas – hasta ahora aplicadas en pequeña escala – para contrarrestar y que podrían ser aplicables en el país, teniendo como ejemplo a las distintas formas de almacenar agua de lluvias o generar agua potable que se realizan en la actualidad en sectores agrícolas, el microcrédito para el restablecimiento de cosechas, los bancos de semillas como un modo de generar plantas más resistentes y adaptables al clima del lugar, la liberalización del Banco Mundial de los combustibles fósiles como una estrategia para el desarrollo, los sistemas de producción hidroeléctricas en Kenia, la islas solares en la India o los voluntarios capacitados para los desastres junto a las construcción de refugios en Bangladesh.

Ahora pese a la emoción que genera que sí existen grupos trabajando contra reloj en la previsión de desastres o cualquier otro efecto que tenga el calentamiento global, es de recordar que esto tan solo son alternativas y que las verdaderas soluciones están en un cambio de mentalidad más responsable y que nuestro consumo sea amigable con el medio ambiente, con líderes que promuevan adoptar medidas sustentables y como señaló el diario El Universo hace algún tiempo, el Ecuador todavía tiene la posibilidad de elegir entre convertirse en un tigre industrial o en un paraíso ecológico; tengamos en cuenta que el primer caso pese a que el crecimiento económico es más rápido, es un modelo que difícilmente podremos importar sin graves consecuencias, mientras que en el segundo caso, la mayor parte del país podría tener acceso a estos beneficios, sobre todo teniendo en cuenta que las mujeres y los niños son los más afectados por los fenómenos meteorológicos. Lo único que nos falta es un plan a largo plazo, ojalá en la asamblea se discuta y que cada uno de nosotros adquiera una mentalidad de que nuestros actos si tienen consecuencias hacia el planeta en el que vivimos.
Fuentes:
Oxfam, ¿Con el agua al cuello?
Verdaderos cambios, Thomas Friedman, publicado el 8/10/07 en el diario el universo.

18 de diciembre de 2007

Como ayudar a otros en esta navidad

En esta Navidad además de brindar a los seres queridos presentes como muestras del sincero y afecto cariño que se les tiene, mediante estos regalos también se pueden ayudar a terceros o desconocidos – los cuales en su mayoría son personas de escasos recursos - . Esto lo podemos conseguir mediante un consumo ético, el cual toma como prioridades las condiciones sociales, laborales y ambientales en las que se fabricaron y distribuyeron los productos que comercializan las distintas empresas; donde nosotros como consumidores debemos tener una actitud meticulosa a la hora de elegir los productos que compramos, estudiando la historia del producto: Condiciones ambientales en las que se extrajeron las materias primas, impactos de los procesos de fabricación y condiciones en las que laboran los empleados. Y también teniendo en cuenta la conducta de la empresa con la sociedad.

Este consumo ético también está relacionado con volcarnos hacia las opciones más justas, solidarias y ecológicas, beneficiando a aquellas empresas que tratan de cumplir con estos requisitos, de esta manera nosotros como consumidores castigamos y condenamos a aquellas compáñías que perjudican el ambiente y explotan a otras personas para lograr su beneficio. Aunque es de preguntarse también si el producto adquirido es en realidad una necesidad o proviene simplemente del acto de consumir, señalando que el seguir un consumo ético y responsable no debe disminuir el bienestar y calidad de vida de las personas – sobre todo en los estratos socioeconómicos altos y medio altos -. Para seguir este tipo de compras y de consumo se deben añadir aspectos a la hora de elaborar las compras donde se tiene:

- Ser críticos con nuestro consumo, aplicando valores éticos.
- Exigir información e informarnos acerca de las condiciones sociales y medioambientales en las que un producto o un servicio ha sido elaborado, como ha llegado hasta nosotros y cuáles son sus consecuencias.
- Reducir nuestro consumo, como opción ética y ecológica, optando por un modelo de bienestar y felicidad no basado en la posesión de bienes materiales, lo cual repercute tanto medioambiental como socialmente.
- Practicar un consumo respetuoso con la naturaleza, reduciendo, reutilizando y, por último, reciclando y consumiendo productos ecológicos y artesanos.
- Practicar un consumo solidario y socialmente justo, respetuoso también con las personas y las culturas, en el que por supuesto no existan la discriminación ni la explotación.

Practicas como estas en la actualidad se realizan con bastante frecuencia en Europa, Australia, Nueva Zelanda, Japón y otros países, sin embargo en el Ecuador ya existen algunas alternativas para poder seguir estas formas pragmáticas que pueden beneficiar a algunas comunidades, con ejemplos como los productos elaborados por la marca “Salinerito”, por la Fundación “Maquita Cushunchic - Comercializando como Hermanos” o por cualquier empresa con serias políticas de responsabilidad social, con sellos ambientales que aseguren el más mínimo impacto de sus acciones para con el medio ambiente. Podemos comenzar con navidad, luego será el día de los enamorados teniendo en cuenta de donde provienen las rosas, anillos de oro o de diamantes que regalamos, para luego sensibilizarnos como sociedad y adoptar estas medidas en nuestra vida diaria y que deje de ser simplemente un acto de caridad de nuestra parte.

Fuentes:
Guia del consumo solidario, Publicado por Oxfam www.intermonoxfam.org/cms/HTML/espanol/2721/Guia_Hipacoop_castellano.pdf

7 de diciembre de 2007

Plenos poderes

Ultimamente en materia política, los plenos poderes han sido uno de los principales y más polémicos temas que los distintos medios de comunicación presentan y discuten. Esto también ha llevado a pensar en qué otros casos se han adoptado estos “plenos poderes” y cuál fue su resultado en la aplicación, teniendo como ejemplo para mecionar al siguiente:

Con la aplicación de las privatizaciones y otras medidas propias del consenso de Washington, que trataban de disminuir el poder del Estado y el asentamiento del mercado como principal eje de la sociedad, los consumidores y pobladores de distintos lugares en el país y alrededor del mundo hemos visto cómo se ha ido acentuando el poder de diferentes compañías dentro de la sociedad. Estos son los “plenos poderes” que les hemos otorgado a diferentes sociedades anónimas, empresas, corporaciones, consorcios, etc. Es decir el mercado en general y con estos plenos poderes ellos han podido flexibilizar las legislaciones nacionales para poder contratar y despedir empleados sin preocuparse por su bienestar - teniendo en cuenta la poca oferta laboral en países como el Ecuador y los altos índices de pobreza en ciertas zonas-, además de mejorar su productividad con salarios mínimos y posibles demandas internacionales si el Gobierno piensa elevarlo para mejorar la calidad de vida de sus habitantes - ésta es una de las clausulas dentro del TLC que Estados Unidos quería negociar con Ecuador -. Si no me creen lo que estoy diciendo, tienen como ejemplo de esto a las recomendaciones que realiza el Banco Mundial en su “Informe de Desarrollo Mundial” dedicado este año a la agricultura. En el plano ambiental también se reflejan estos “plenos poderes” con empresas que no consideran el impacto que sus acciones generan en la naturaleza y en la sociedad, traspasando todos los daños, gastos o perjuicios a los pobladores más cercanos a las zonas donde realizan sus operaciones o en último instante el Estado, como en los casos de personas enfermas o la limpieza de ríos contaminados.


El problema está en que el bienestar de las personas no puede recaer únicamente en el altruismo o en un voto de confianza hacia los empresarios con sus políticas de responsabilidad empresarial. Lo que se necesita es un Estado fuerte con leyes y personas capaces de sancionar a empresas o individuos que perjudiquen o atenten contra la sociedad, nuestros recursos naturales y soberanía en general. Sin embargo aún con estos, es necesario el apoyo de las empresas en construir un Estado de bienestar para las personas, con medidas que además de generar empleo también promuevan el desarrollo, mediante el pago de salarios justos, el cuidado por el medio ambiente y compensando todo tipo de impacto por más pequeño que este sea.
Ahora con este ejemplo ya saben lo que puede pasar con poderes absolutos, pero también conocemos la solución, por lo que en todo lo que concierne al presente y futuro del país: El Estado, el sector empresarial y la sociedad civil deben actuar en conjunto para obtener algo de ese tan deseado progreso y que este no solo sea material, como le está pasando ahora a Costa Rica, según un analista y cuyas expresiones fueran publicadas en el Comercio.

Fuentes:
Hacia un mundo mejor, Luis de Sebastián.
Informe mundial sobre desarrollo 2008, Banco Mundial.
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