23 de octubre de 2009

Feliz cumple Charly García (el 25 nos vemos en Guayaquil)

Si antes de los 25 no has estado en ninguna guitarreada donde se toque a Charly García (o a Sui Generis, Serú Girán o La Máquina de hacer pájaros) es porque hasta entonces no has tenido amigos, o por lo menos amigos con buenos gustos en los que puedas confiar. Corear en algún momento Canción para mi muerte (sobre todo la parte que dice: y encontrarte una mañana/dentro de mi habitación/y prepararás la cama para dos/ turuturutururu) o Rasguña las piedras viene dentro del paquete contratado. Pero el verdadero momento de alguien que siente que vivió y no sólo pasó por la década de los ochenta o noventa es cuando uno se compra, escucha y disfruta el nuevo álbum de Charly en el momento en que sale a la venta. A todos nos llega el momento porque Charly siempre te dará la oportunidad de escucharlo. Te dirá: aquí está mi música… tómala o dejala. Es como escoger entre la pastilla azul y roja (hay mucho en juego), y si tomas la correcta decisión podrás ver que todo eso llamado actualidad está influenciado por su obra, que no sólo es música sino rock en todo el sentido de la palabra. Lo respira y lo vive. Lo ha llevado a cometer excesos para saber que se siente, How does it feel? a lo Dylan.

EL primer disco que escuché entero de García (es decir de corrido, encerrado en el cuarto) fue el Hello! MTV Unplugged. No fue al mismo tiempo que salió porque en su estreno, 1995, tenía 11 años. Sé que en eso estoy en deuda. Sin embargo cuatro años después, en onda quinceañera (cuando te empieza a salir bigote), lo oí y lo reoí hasta el cansancio. Fue una suerte que escuché el Unplugged porque además de estar en versión acústica, en un ambiente desenchufado que implica reláx, intimidad, ganar de utilizar la imaginación, y que en la mayoría de ocasiones son de los mejores discos de un artista, un unplugged casi siempre es una recopilación de Greatest hits. Descubrí los clásicos Demoliendo hoteles, Yendo de la cama al living, Nos siguen pegando de abajo y otros temas, que son himnos plagados de frases para la posteridad. Ahí me di cuenta que estaba escuchando a un profeta existencialista que entendía mejor que nadie lo que pasaba.

Y es una suerte también que mi primer disco fue el Unplugged porque este está en vivo. Ahí Charly no se transforma sino que está en estado puro. Sus canciones trascienden. Después de ver alguno de sus conciertos uno necesita más, es algo que no se puede dejar, y uno piensa el porqué no estuvo en aquel show donde llovía y cuando canta la mejor canción que, personalmente creo, ha compuesto: Seminare, dice “No llueve, escupen”; o la vez que La Negra Sosa lo invita y entonan Inconsciente colectivo en Córdoba y el resto de cantantes folclóricos lo querían linchar; o cuando pone a prueba a sus admiradores pidiéndoles que se arrodillen; o la ocasión en que le pregunta al público cómo empieza su disco Filosofía barata y zapatos de goma, y nadie le contesta bien y él grita, entre las cortinas, que empieza con Los Beatles y manda a aprender la lección y que vuelvan mañana. Hay tantas anécdotas que anotar porque, concordando con muchos de los creyentes, los conciertos del hombre que enciende y apaga las luces (como lo denominó el diario Página 12 en el excelente especial dedicado en su honor) son tan importantes como los lanzamientos de sus discos.


Por eso nadie duda que hoy, 23 de octubre, el estadio de Veléz Sarfield será un orgasmo. Es el cumple de Charly García y su regreso a los escenarios después de haber creído que se nos había ido para siempre. Qué ganas de estar ahí. Que ganas de volverte a ver (como se llama su tour). Suerte que podremos hacerlo el 25 de noviembre que viene a Guayaquil. Ahí habrá que hacer todos los sacrificios. Faltar al trabajo, no salir en un mes, endeudarse con el chulquero, donar un órgano. Todo con tal de estar presente el 25. Say no more.





2 comentarios:

Xavier dijo...

I was there, man. Lluvia, Spinetta, aguante. Buen concierto. Nos vemos el 25. Salute.

Raul Farias dijo...

Bacán loco, ganas de mandarte a la casa de Emilio Palacio no me falta por la pica de no estar ahí, yo también tenía ganas de volverlo a ver en Velez, pero por suerte el 25 viene a Guayaquil y muchos vamos a hacer el aguante... Ahi nos vemos

P.D. Coy/paste al link. No es de Charly pero si de Sabina. No sé si ya lo habras leido pero te lo recomiendo

http://etiquetanegra.com.pe/?p=282370

Saludos...

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