11 de octubre de 2008

Le scaphandre et le papillon

Mi madre, muy acomedida siempre ella, durante mis etapas de niñez, pubertad y adolescencia, dejaba revistas en los baños de la casa, en caso de que la operación a efectuar se extendiera más de lo previsto, así leí varias Condoritos. Para los mayores, el menú consistía en un compendio de Selecciones de Reader´s Digest. Precisamente en una de las lecturas de esta revista a servicio del “Imperio”, en su sección de libros, me encontré con la historia de Jean – Dominique Bauby (JDB).

Recientemente, gracias a Carlos Ycaza y su columna de “La Revista”, me enteré que existe una película sobre Jean – Dominique, dirigida nada menos que por Julian Schnabel (ganador del Cannes con este film). Julian es un pintor que al cine, anteriormente, únicamente se había adentrado con obras de arte como Basquiat y Before the night falls (un retrato de la vida del poeta cubano Reynaldo Arenas).

La escafandra y la mariposa (la mejor película que he visto este año, con el perdón de los fanáticos de The dark knight) nos muestra el pedazo de vida de un Bauby con el “síndrome de cautiverio”, enfermedad que tuvo después de sufrir una apoplejía en 1985, quedando paralizado de pies a cabeza, teniendo únicamente a su ojo izquierdo como ventana al mundo y medio para comunicarse.

Durante los primeros veinte minutos, la cámara simula el ojo de JDB, permitiéndonos, de alguna manera, sentir su angustia y desesperación al despertar de un coma que duró tres semanas y recibir la noticia de no tener control sobre su cuerpo. Después verse en un espejo, según sus palabras, como salido del formol; y ver como a sus 42 años lo bañan como a un bebé grande. En ese lapso, La escafandra… se concentra en ser únicamente un esbozo de la vida de un Jean Do paralizado físicamente, y poco a poco, en nimias imágenes, se nos muestra su pasado como jefe redactor de la revista Elle, sus hijos, sus amantes y sus pasiones.

JDB cuenta con dos hermosas doctoras. Una es su fisioterapeuta y la otra desarrolla un sistema que le permite comunicarse, el sistema consiste en decir las letras del alfabeto (ordenadas según la frecuencia de uso en francés) en voz alta y JDB parpadea para señalar la letra elegida. Quiero morir son sus primeras palabras, pero después de una reflexión, la película (su vida) se transforma en un torbellino de pensamientos, representados en imágenes, que demuestran a un Bauby que quiere seguir adelante. He decidido no quejarme… son sus próximas palabras.

Después del accidente, dos cosas le quedan a JDB: Su imaginación y su memoria, y con ellas decide comenzar a escribir las última cartas de un naufrago en las costas de la soledad. Detrás de la cortina raída, un brillo pálido anuncia el amanecer… son los primeros dictados de las palabras con las que comienza su libro La escafandra y la mariposa. La escafandra es su cuerpo que lo mantiene a un mundo de distancia del resto de vivos, y la mariposa es su imaginación, ese pedazo que aún le queda de humanidad.

De ahí en más, lo que nos muestra la pantalla es el transcurso de todo lo vivido por JDB mientras redactó La escafandra…, las emociones que aún generaba en sus amigos; el impacto que producía en cada nueva persona que conocía; los celos que aún tenían sus amantes, la una contra la otra; sus sueños; el amor de su padre y de sus hijos, y el amor, y los celos, y la lástima, y la tristeza y las lágrimas y la risa, y las lágrimas, y la risa, y la risa, y la risa, y las lágrimas… Del resto de personajes no sabemos nada, pareciera que Jean Do los hubiera atrapado y que en realidad los paralizados fueran otros.

Cuatro escenas son las que quedaran para siempre en mi memoria. El "día del padre" en la playa con sus hijos y Celine, sintiéndo ser un remedo de papá a ratos; el diálogo con una persona que había sido rehén en Beirut por cuatro años y a la cual JDB le había cedido el fatídico asiento de avión; cuando Claude le regala los tomos del Conde de Montecristo, durante un paseo en yate; y la caminata por Lourdes después de la escena de la pelea con su novia y la virgen. Esto acompañado de una excelente banda sonora y dirección del arte.

Bauby muere diez días después de la publicación de su libro en 1997.

Por ahí he escuchado y leído que de los buenos sentimientos nace la mala literatura; con la película de Schnabel y el libro (la vida) de Bauby vemos que no toda verdad es absoluta. ¿No somos nosotros los paralizados en la comodidad de nuestros asientos?

Esquirla final: A La escafandra y la mariposa se la ha comparado con Mar adentro. Ambas me parecen geniales, pero recordemos que la protagonizada por Bardem, tenía de fondo la polémica de la eutanasia, mientras que Schnabel se ha dedicado a hacer un homenaje a la vida. Las dos solo coinciden en darle a la muerte física y al poder de la imaginación un papel trascendental.
Acá la banda sonora:

1. All the world is green - Tom Waits (fragmento del "día del padre") en la película.

2. Ultra violet - U2.

3. Don´t kiss me goodbye - Utra orange & Emmanuelle.

4. Pale blue eyes - The velvet underground.

5. Ramshackle day parade - Joe Strummer & The mescaleros.

6. La mer - Charles Trenet.













3 comentarios:

Chica Cosmo dijo...

Supongo la historia transcurre en Francia, no quiero ni imaginarme las angustias que deben pasar los familiares de personajes aquejados de males semejantes en el tercer mundo (por no hablar del aquejado), y hay quien se atreve a criticar el estado de bienestar...

No he visto esta película y no sé si la vea, soy muy sensible en estos temas (me aterran), todavía no me recupero de Mar Adentro.

Qué refrescante tu blog

Raul Farias dijo...

Efectivamente la historia transcurre en Francia con su muy eficiente sistema de seguridad social, además de que Baulby era alguien que no tenía problemas económicos.

Cuando vi la película con algunos amigos, exactamente la misma pregunta nos hicimos. ¿Qué hubiera pasado si el no tenía dinero o no era francés? Un documental en Ecuador de estos casos de sindrome de cautiverio seria una invitación al suicidio de los que lo vean; incluso en Mar Adentro se nota que el personaje intepretado por Bardem provenía de una familia de escasos recursos económicos.

Viendo Dr. House no puedo creer que existan tantas enfermedades y tantas maneras de diagnosticar algo. Claro que EUA tiene sus problemas con el seguro médico, pero imagina todas las muertes o sufrimientos que se pueden evitar mezclando una excelente investigación médica y un humano seguro médico. Acá en Ecuador, hay muchos que no recuerdan que incluso EUA tuvo que pasar por es Estado de Bienestar para darle una mejor calidad de vida a sus habitantes.

De ahí, Cristina, es imposible que no veas la película, ella te invita a verla desde el primer instante: por los recursos técnicos (la banda sonora es de lo mejor que he escuchado y la fotografía es impresionante) y lo personal de la historia. Hubo momentos en que sentía que iba a desintegrarme por la tristeza que transmitían las imágenes, pero el mismo Baulby te invita a no tenerle lástima. "¿Habrá sido necesaria una catástrofe para darme cuenta de todos los fracasos de mi vida?".

Saludos y cuentame de quién era la canción que la otra vez colocaste en uno de los comentarios que decías que era un coterraneo de mi viejo.

Chica Cosmo dijo...

No. Yo no necesito una catástrofe para darme cuenta de los fracasos de mi vida. Y si vos llegaste a sentir que te ibas a desintegrar por la tristeza, yo me voy a traumatizar de por vida, el tema me aterra y soy fácilmente impresionable, no es joda, tengo que tener ciudado con lo que veo.
No es lástima, es pánico.

Fragmento de Julio Carreras, curuchupa como buen santiaguino, pero para nada mal escritor.

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