3 de enero de 2011

De los cuernos


«Ver al toro coger al torero/ eso es lo mejor» dice Bukowski en su poema Lo mejor y lo peor. Bien. De acuerdo con el viejo Hank. Por muy crudo que suene prefiero ver al animal ganar y no al tipo, ahora en el piso lamentándose, que lo quiere matar por una cuestión de deporte, cultura y hombría. Un supuesto ritual de baile y muerte que dignifica al toro – algo de razón hay, lo admito – porque si perece lo hace en un lance y no de forma canalla en el camal…. ¿Y esos tipos chupando y vitoreando, las mujeres bailando? Cierto, estamos en un espectáculo y eso es lo que importa, el público. Tendrán que buscar otro argumento para el disfraz…

Dos semanas atrás Alfonso Reece escribió el editorial en el diario EL UNIVERSO No son toros los que están. El pobre sonaba desesperado con el llamado a consulta del presidente Correa en el que se añadirá una pregunta referente a la prohibición de corridas taurinas en el país. Lo negativo es que ante tanta impotencia los argumentos y excusas que buscaba para justificar el acto de matar un animal como parte de un espectáculo rozaban en lo ridículo y absurdo: ¿la búsqueda de la felicidad en clavar un par de espadas a un toro hasta que se desangre?, justificación: es una propiedad y podemos hacer con ella lo que queramos; ¿si en Los Andes los indígenas comen cuys y en España no, y otras personas practican la pesca, porque nosotros los tauromaníacos no podemos hacer esto que tanto nos gusta?, como si la alimentación y necesidad de proteínas que trae la carne fuera igual al puro entretenimiento; a los que se suman comentarios anteriores en que ha comparado la salsa con ésta su pasión. Pura bullshit. Dejavú con las opiniones de esos comentaristas de fútbol que abundan y emiten su verdad de la forma en que lo hace alguien que piensa que quienes lo escuchan son unos completos ignorantes - de Fernando Hidalgo únicamente dicen que es muy desesperado mientras Jonathan Montenegro o Jorge Cevallos, los dos que tiemblan cada vez que les cae un balón en los pies, son muchachos con condiciones -. Casi le he perdido el respeto al columnista.

Y aunque prefiero la cornada del toro antes que el fino sable para ganar una oreja o un rabo, no estoy de acuerdo con la consulta popular invocada por el presidente. ¿Por qué? Porque lo hace simplemente para obtener un triunfo electoral. Para crear el efecto de que sí está tomando medidas y está pendiente del tema de la inseguridad. Tan sólo debería guiarse de las encuestas para tomar las acciones del caso en lugar de hacer a la ciudadanía dirigirse a las urnas por algo que será aprobado con más de un 90% de los votos, y que después de todo es un derecho intrínseco de los ecuatorianos y suena a buen vivir. También nos cree unos completos ignorantes. La diferencia abismal es que Reece lo hace sólo con el tema taurino mientras que a Correa le gusta jugar con nosotros y disfruta la satisfacción de la victoria.

Antes que por medio de una consulta popular – acá la tienen difícil los taurinos porque esta es una decisión de las personas y no un Decreto Ministerial – sería mucho mejor que las personas se rehúsen a asistir a las corridas taurinas y otros eventos similares. Boicotearlos con amenazas de bombas, soltando a los toros o dándoles somníferos, reduciéndoles sus apretados trajes a los toreros, lanzando globos de pintura desde el cielo. Cualquier cosa sin llegar a cortar orejas al público y a los que blanden su capa en la arena. Hasta ahí nomás, sin violencia, porque no somos como ellos...

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