29 de enero de 2010

Salinger


Es viernes 29 y abro el diario EL UNIVERSO, la sección de Vida y Estilo (o algo así). La noticia en la tercera página, un cuarto de la misma, muestra que el autor de The Catcher in the rye (mi versión españolizada que olvidé en un bus camino a Salta espero que esté en buenas manos) falleció el día miércoles 27 a los 91 años de causas naturales. Nada más, nada menos. El Telégrafo haciendo copy – paste de un enviado por la agencia EFE menciona los pleitos legales del autor previo a su muerte. Igual de nimio. Nada escrito en los diarios por alguien que realmente lo haya leído

A Salvador Cabañas le disparan en la cabeza y todos los periodistas deportivos son Elliot Ness, Hércules Poirot o Sherlock Holmes. Los chismes se incrementan y aparecen fotos del delantero con bailarinas. Por algo la familia de Salinger pidió privacidad en estos momentos y que se respete el espíritu de aislamiento, casi de ermitaño que tenía el autor.

Para muchos Salinger murió a hace años, nadie recordaba la existencia de alguien que decidió aislarse del mundo. Al igual que su principal novela, The catcher…, que resulta tan contemporánea al día de hoy, como desde su publicación, Salinger es como Los Beatles. Jamás tendremos en ellos la imagen de la vejez.

“Lo que más valoro es cuando uno queda completamente agotado después de leer un libro y desea ser amigo del autor y poder llamarlo por teléfono en cualquier momento”.

Abajo quedan dos escritos de Alberto Fuguet (uno sobre sus 91 años y otro sobre su muerte), uno de Juan Fernando Andrade acerca de The Catcher…, y una guía para conocer la NY de Holden Caulfield.
Salinger y la necesidad de desaparecer:

J.D. Salinger, el célebre autor de culto, famoso entre otras cosas por no ser famoso, por haber sido capaz de renunciar en la cima (una suerte de voto zen, a la tranquilidad y a la desconexión), la voz de la desafección adolescente, el inventor de la familia disfuncional, el solitario con más amigos del mundo, cumplió 90 años justo cuando este nuevo año 2009 empezó… (más)
Un día no tan perfecto:

Hoy Salinger es portada o está en la portada de casi todos los diarios del mundo; su cara, la típica cara joven de J.D. que mira ligeramente hacia al lado como intentando no mirar directamente a los ojos, o la otra foto, la del viejo cascarrabias enojado intentando que no fotografíen esos mismos ojos, ilustran la muerte pero no la desaparición de un ser que se hizo famoso por no querer serlo… (más)
Un ángel en guardia:
El rock antes del rock. El punk mucho antes del punk. El grunge muchísimo antes del grunge. El guardián entre el centeno, de alguna o varias formas, inventó la adolescencia y, lo más importante, le puso actitud. Antes de Holden Caulfield, el personaje principal de la novela, no había nada o casi nada… (más)
Taking a Walk Through J. D. Salinger’s New York:
Hey, listen. You know those ducks in that lagoon right near Central Park South? That little lake? By any chance, do you happen to know where they go, the ducks, when it gets all frozen over?... (more)

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