27 de enero de 2010

Graduarse, envejecer y morir

Es 1994: Notorious B.I.G y Tupac están revolucionando el hip – hop, Kurt Cobain acaba de suicidarse (el mundo, la juventud está triste, desesperanzada) y Rudolph Giuliani empieza su política de tolerancia cero, contra todo el lumpen, en la ciudad de New York. Es verano, junio, y el calor es infernal, la sensación térmica es de 43 grados. Luke Shapiro (Josh Peck - creo que aparecía en una serie de Nickelodeon -) está a punto de graduarse de la secundaria e ir a la universidad. No tiene amigos, no es un completo loser pero últimamente se siente solo, piensa que todo apesta y la idea del suicidio de vez en cuando recorre su mente, por lo que visita a un psiquiatra (Sir Ben Kingsley – el mismo que fue Gandhi, el secretario judío de Oscar Schindler, el iraní militar retirado en The house of the sand and frost que debió haber ganado el Oscar en lugar de Sean Penn por Mistic River, en pocas palabras junto a De Niro, Pacino, Dustin Huffman, uno de los mejores actores vivos), más loco que él, al que le paga con paquetes de marihuana.



The Wackness es la película del debutante director John Levine que cuenta la historia de Luke Shapiro, un precoz traficante de marihuana (lo raro es que no se ve mucho el mundo de las pandillas y otras cosas a las que estamos acostumbrados en esta clase de historias) envuelto en problemas y que sólo ve la mierda de la vida. Con aire del Haulden Caulfield de Salinger en The cátcher in the rye que no se traga la hipocresía diaria y tiene la filosofía que después de la graduación envejecemos para luego morir, pero este más urbano, menos snob (aunque vive en Manhattan no pertenece necesariamente a la clase alta), alguien que no desea ser lo que es. Un blanco queriendo ser negro al vestir anchas camisas, escuchar rap todo el día y usar zapatos a lo Run DMC. Alguien que desde su forma de hablar en algo se nota que está vacío (sin llegar a ser el taxi driver de Travis Barker), y al parecer se siente bien así, pero en el fondo tiene ganas de sentir algo. Nos graduamos, envejecemos y después morimos. La indiferencia por el futuro. Futuro casi presente que es el verano, donde Luke conocerá a Stephannie (Olivia Thirlby, la mejor amiga de Juno), antes de ir a la universidad, quien le enseñará varias cosas. Algunas amargas, otras dulces. Y donde verá a los mayores actuar como niños para resolver sus problemas, sin poder hacer nada, impotente.

Fue la película que causó sensación el año pasado en el festival Sundance (el más importante de cine independiente en los Estados Unidos), donde todos esperan ver la siguiente Juno o la próxima Miss Little Sunshine. Sony Pictures classics la compró y por una cuestión de mala distribución The Wackness casi inmediatamente a su estreno en los cines también salió en DVD. La encontré por casualidad al no aparecer nada bueno en la sección de estrenos de las tiendas de discos piratas. Espero que se convierta en una película de culto. Se lo merece. El papel de Ben Kingsley, de psiquiatra inmaduro queriendo volver a sus años de universidad, es absolutamente genial y es un amigo que quisiéramos tener; Mary Kate Olsen sorprende con su interpretación de hippie-come-hongos-y-consumidora-de cualquier-hierba; Josh Peck recuerda al De Niro en Goodfellas (más inocente, claro); Olivia Thirlby aunque no tiene un papel totalmente rompe- corazones, en las escenas cumple; el guión es detallista y trabajado, con partes y frases que son para tatuarse y exhibirlas; la música, pese a que casi no me gusta el hip - hop, vale la pena; y la dirección de arte hace que New York se vea hermosa y casi vivible, con esas secuencias parecidas a video clips que van de la mano con la iluminación y que se pusieron tan de moda en los noventas, y que acá el director las sabe utilizar correctamente.

Desde Tony Manero (la película del asesino en serie chileno obsesionado con el personaje de John Travolta, dirigida por uno de los fundadores de la revista The Clinic), que ví en un parqueadero de Cuenca que en el último piso contiene una sala de cine, hace algún tiempo que no tenía tan buenas impresiones de una película de la que no tenía expectativas. Juntar a uno de los mejores actores que existen (el papel de Kingsley en esta película, no me canso de repetirlo, es excelente), un director novato y música hip – hop después de todo no ha sido tan mala idea.




La frase: Nunca confíes en alguien que no fuma hierba, o que no ha escuchado una canción Bob Dylan, o que no ama ir a la playa, o que no le gusten los perros (ver a partir del minuto 2:15 en e el video de abajo).


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