19 de marzo de 2008

De buenas intenciones ...

Los actuales momentos de crisis que están pasando algunos ecuatorianos, sobre todo los que viven en el litoral del país producto de las constantes y fuertes lluvias, provoca ciertas muestras de solidaridad (además de comprobar como los anteriores gobiernos y el actual, no se han ocupado por comenzar o terminar distintas obras que hubieran impedido los graves daños que se sufren ahora). De buenas intenciones está empedrado el camino al infierno, de esta manera comienza un capítulo del libro “Perlas y piratas: Cooperación para el desarrollo y nuevo multilateralismo”.

Recomiendo este libro que muestra las distintas fallas del actual modelo de cooperación, que en teoría tiene como interés: promover el desarrollo y la lucha contra la pobreza. Observando que en el caso de catástrofes naturales como la actual que vive el país, la cooperación internacional (organismos internacionales multilaterales, ONG´s, y agencias de cooperación de los países socios) cuenta con oficinas y expertos para estas situaciones. Sin embargo las distintas formas de ayuda o acción en caso de emergencias en la mayoría de las situaciones, tienen escaso impacto en la población, un alto costo y un desperdicio de la solidaridad expresada por ciudadanos comunes.

La ayuda internacional viene acompañada de los medios de comunicación que buscan hacer noticia de los afectados y de cómo los países más ricos muestran sus arranques de solidaridad para ayudar al desfavorecido. Siempre estas noticias nos parecen exactamente iguales en todos las circunstancias que se den, como si de antemano las naciones más desarrolladas supieran que hacer (conociendo la cultura, fortalezas y valores de la comunidad afectada). Típico es el caso de las imágenes que muestran perros con ayuda de socorristas en busca de algún sobreviviente, pero lo que desconocemos es su alto costo (más de doscientos cincuenta mil dólares por traer en avión durante una semana personal de trabajo) y su inefectividad; también están las personas que se envían al extranjero para salvarles la vida, sin saber que es mucho mejor y menos costoso traer al doctor al lugar del desastre.

Sesenta mil millones de dólares anuales se estima la ayuda internacional brindada por los países más desarrollados y, cerca de mil millones de dólares son las pérdidas que se estiman en las zonas rurales afectadas en el Ecuador por el actual invierno. La brecha es enorme, pero debemos considerar que toda la ayuda proveniente del gobierno nacional, la comunidad internacional, las empresas privadas y la sociedad civil ecuatoriana, tendrá que sobrepasar algunos temas que deterioran los distintos objetivos finales para los que fue destinada.
Por lo que para la actualidad y un futuro, se deben formar gobiernos seccionales con un grado de descentralización que incluyan a los diversos actores locales, además de brindar las competencias necesarias para prepararse desde ahora y evitar los mayores daños posibles, también es necesario fomentar una retroalimentación entre los gobiernos y los distintos actores de la sociedad, para que ellos puedan señalar sus carencias y no les sean entregados lo que el resto cree. Otra forma de apoyar en la prevención, es organizando a los distintos grupos de ayuda, de igual forma con los diversos sectores de la población. Así todos los donantes y beneficiarios trabajarían con objetivos en común y, no se repetiría aquello de que el desarrollo es la suma de las distintas partes; y finalmente los gobiernos u organismos internaciones deberían eliminar todas las trabas burocráticas para que la ayuda llegue de manera eficaz y efectiva.


Este tipo de experiencias deberían prepararnos para un futuro, donde se deje el actual asistencialismo y de ahora en más, se busquen las verdaderas fallas a los problemas y sus soluciones, promoviendo un desarrollo humano que no solo reconstruya infraestructuras, sino también reconstruya a las sociedades con la participación de las personas que fueron víctimas del desastre y con la cooperación internacional como un ente de apoyo logístico, financiero y organizativo. Muestra de esto es leer algunos proyectos que se han realizado en Bangladesh y Cuba, víctimas constantes de inundaciones y huracanes, pero donde cada vez existe un trabajo mejor realizado por los distintas políticas de prevención que se tienen.

Fuentes:
Venecia de agua, Publicado el 15/03/08 en la Revista Vistazo.
Perlas y piratas, Luciano Carrino.

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