2 de diciembre de 2009

El día de hoy (en los noventa)/ y lo que sabe el Sr. Coppola



Podría decirse que pertenezco a esa generación noventera que no escuchaba discos, sino canciones. Individualidad al máximo. Los únicos cd´s que recuerdo en mi cuarto son el Nevermind y el In bloom de Nirvana; el de Pearl Jam en el que vienen Even Flow, Jeremy y Alive; y el And Justice for all de Metallica. El resto era puro MTV. Cuando valía la pena y uno pasaba como drogadicto inyectándose por varias horas altas dosis de música. The Smashing Pumpkins pertenecían a esa época.

A Billy Corgan muchos lo tildaban del último genio musical a finales del siglo XX. Puede ser. Para mí es el tipo que siempre tuvo los huevos de tener en su banda a una bajista mujer y eso es bastante. También es el tipo que escribió una de las mejores canciones que escuché en épocas de colegio y con un video bastante tostado. El tema al que me refiero no es la clásica Tonight que parodia El Viaje a luna de George Melies, donde Billy aparecía con su peinado (falta de) a los Lex Luthor; ni la increíble 1979 en la que todos quisimos ser esos niños que jugaban en ruedas por los parques en los días y en las noches deliraban por el Absynthe, lleno en sus vasos blancos, a lo Edgar Allan Poe.

Mi canción favorita de The Smashing Pumpkins es Today, viene en su segundo álbum: Siamese Dream (con la foto de dos niños en la portada aún no miembros de la Generación X). La voz de Corgan en un principio es bastante suave, melodiosa, luego la distorsión de la guitarra, una batería que decapita hasta la última parte cuando ya escuchamos al vocalista llenándose de oscuridad, de rabia. Con esa línea en el coro que gritaba I´ll burn my eyes/ before I get out… y yo no podía creer como a alguien se le había podido ocurrir eso. La santísima verdad

El video también es un clásico, en el que Corgan, todavía con cabello y apariencia púber, hace de heladero en un pueblito que parece el de Sofia Coppola en Suicide Virgins y ve a varias parejas a punto de copular en las calles y mientras vaga en el desierto, hasta por fin encontrar la suya, grunge pero con vestido veraniego, y los dos haciendo lo que les da la gana se seducen, llegan a una especie de fiesta donde todo es libertad (no tanto al estilo Woodstock sino más noventera). También encontré otro video en youtube. Excelente. Utilizando esos planos sobre objetos nimios, con aire de documental pero en HD, como pies, árboles, la cara del protagonista durante su minuto de felicidad y luego la cámara acelerando mostrando en segundos todo el proceso del amanecer hasta el ocaso. Buena técnica noventera, lástima que muy prostituida.

Hace mucho que no escuchaba esta canción. Días atrás, debutando en ese vicio donde las horas se pasan volando llamado Guitar Hero, nada me salía… Ni a una canción le atinaba, hasta que encontré Today y todo fue perfecto. Como no haber olvidado a andar en bicicleta.







Y leyendo hace una semana el diario Página 12, me encuentro con esta joya escrita por Francis Ford Coppola (El Padrino, Apocalypsis now, Drácula), originalmente publicada en la revista norteamericana Esquire en la sección “Lo que sé”. La publico entera porque los diarios del país jamás publicarían algo así. Por suerte tenemos la página web del Página 12. Que ellos no saben tanto como Coppola pero saben y tienen en Radar el mejor segmento cultural que he leído.
Lo que sé, por Francis Ford Coppola.
Cuando tenía dieciséis o diecisiete años quería ser escritor. Quería ser dramaturgo. Pero todo lo que escribía, me parecía, era flojo. Y recuerdo irme a dormir llorando porque no tenía el talento que ansiaba.

¿Alguna vez vieron la película Rushmore? Yo era exactamente como ese chico.
Tuve vino en la mesa toda mi vida. Incluso los chicos teníamos permitido tomarlo. Solíamos agregarle ginger ale, limón o soda.

Le hice algo terrible a mi padre. Cuando tenía 12 o 13, tuve un trabajo en Western Union. Y cuando llegaba un telegrama en una tira larga, lo cortábamos y lo pegábamos en un papel y lo entregábamos en bicicleta. Y yo sabía el nombre del director del departamento de música de Paramount Pictures, Louis Lipstone. Así que le escribí: “Estimado Sr. Coppola: Lo hemos elegido para que componga una banda sonora. Por favor regrese a Los Angeles inmediatamente para empezar con su encargo. Cordiales saludos, Louis Lipstone.” Y lo pegué y lo entregué. Y mi padre estaba tan contento. Y entonces tuve que decirle que era falso. Estaba totalmente furioso. Por aquellos días, a los chicos se les pegaba. Con el cinturón. Yo sabía por qué lo hice: quería que él recibiera ese telegrama. A veces hacemos cosas malas por buenas razones.

La gente siente que la peor película que hice fue Jack. Pero al día de hoy, cuando recibo cheques por viejas películas que he hecho, los de Jack son los más jugosos. Nadie lo sabe. Si la gente la odia, la odia. Pero yo simplemente quería trabajar con Robin Williams.
Nunca fui descuidado con el dinero de otro. Sólo con el mío. Porque me pareció que, bueno, se puede serlo.

Diez o quince años después de Apocalypse Now! estaba en un hotel en Inglaterra y agarré el principio de la película. Terminé viéndola completa. Y no era tan rara como pensaba. Había, en cierto modo, expandido lo que la gente estaba dispuesta a tolerar en una película.

Vi este cesto lleno de desechos de película. Habíamos rodado con cinco cámaras cuando llegaron los jets y arrojaron el napalm. Había que filmarlos todos al mismo tiempo, así que había mucho metraje. Levanté algo de este barril y lo puse en la moviola y era muy abstracto, y una vez cada tanto se podía ver este helicóptero. Luego, en la edición de sonido estaba toda esta música de los Doors, y en ella se escuchaba algo llamado “The End”. Entonces dije: “Ey, ¿no sería gracioso si empezáramos la película con ‘The End’?”.

Tengo mucha más imaginación que talento. Cocino ideas. Es tan sólo una característica. Admiro a personas como Woody Allen, que cada año escribe un guión original. Es sorprendente. Siempre deseé poder hacer eso.

Para hacer las cosas bien hay que ser abundante –ésa es mi tendencia–. Si preparo una comida, cocino demasiado y tengo demasiadas cosas. Anoche estaba viendo una película de Cecil B. DeMille basada en Cleopatra, y me di cuenta de cuántas partes de la historia real había dejado afuera. Buena parte del arte del cine es hacer menos. Aspirar a hacer menos.
Una vez, mientras esperaba, conseguí un trabajo: escribir un guión para Bill Cosby. El solía encargar el mejor vino para sus amigos. El no bebía, pero tenía este vino llamado Romanée-Conti que está considerado uno de los mejores del mundo. Yo no sabía que el vino pudiera tener tan buen sabor. También me enseñó a jugar baccarat. Y una noche empecé con 400 dólares y gané 30 mil. Así que compré 30 mil dólares en vinos Romanée.

Hay que mirar las cosas en el contexto de tu expectativa de vida.
El final era claro y Michael se había corrompido: ya había terminado todo. Así que no entendía por qué querían hacer otra El Padrino.

Les dije: “Lo que voy a hacer es ayudarlos a desarrollar una historia. Y encontraré a un director y la produciré”. Ellos me dijeron: “Bueno, ¿quién es el director?”. Yo les dije: “Un tipo joven, Martin Scorsese”. Me dijeron: “¡De ninguna manera!”. El recién empezaba.

Lo único que les cuestioné fue que la titularan El Padrino Parte II. Siempre era El hijo del Hombre Lobo o El Hombre Lobo regresa o algo así. Pero creían que sería confuso para el público. Es irónico, porque eso fue lo que comenzó todo el asunto de ponerles números a las secuelas. La verdad es que comencé un montón de cosas.

Estaba en mi trailer trabajando en El Padrino II o III en Nueva York, cuando golpearon a mi puerta. El tipo que estaba trabajando conmigo me dijo que John Gotti quería conocer al señor Coppola. Yo le dije: “No es posible, estoy muy ocupado”. Es como el viejo mito de los vampiros, según el cual tenés que invitarlos pero una vez que cruzan el umbral de la puerta, ya están adentro. Pero si les decís que no los querés conocer, no pueden pasar. No pueden conocerte.
Nunca vi Los Soprano. No estoy interesado en la mafia.

¿Qué mayor desaire te puede tocar que el que absolutamente nadie haya ido a ver Juventud sin juventud? Cualquier cosa mejor que eso es un éxito.

A algunos espectadores les encanta quedarse en sus butacas a leer todos los nombres de los créditos. ¿Estarán buscando a un pariente?

¿Qué debería hacer ahora? Podría hacer algo un poquito más ambicioso. O menos. Mejor menos. Para mí, menos ambicioso es más ambicioso.

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