Cuando se estudia, como carrera universitaria, administración de empresas, desde los primeros años uno se verá sumergido en un mundo lleno de modelitos de competencia perfecta donde el paro y la inflación no existen y si lo hay esto es culpa de los altos salarios de los empleados. Con un batallón de profesores del tipo Manuel Gómez Lecaro (columnista de diario EL UNIVERSO), que nunca te demuestran o argumentan sus ideas económicas, sino te piden confiar ciegamente en lo que ellos te enseñan porque de la misma forma alguien se lo transmitió a ellos y seguramente otro lo escribió, diciéndote que el libre comercio y la firma de un TLC es la panacea de la humanidad. Lanzándonos así porque sí, sin discusiones previas, sin consensos y sin medir impactos, a este ideal construido por algunos economistas con gusto banal por la palabra libre, a diferencia del famoso Freedom del scotch William Wallace.
Algo de esto y un poco de aquello que dice que la competencia es el más alto valor de la raza humana, es una pequeña radiografía de mis cinco años de paso por la Universidad Santa María en Guayaquil. Sumándole también el buscar siempre el máximo ROA, el VAN en el menor tiempo posible, una empresa basada en el Totally Quality managament, las economías a escala para los bajos costos y otros conceptos más que completaron mi capitalista educación...
Nunca pude descifrar como estos noveles catedráticos pretendían que los alumnos se tragaran eso de la competencia perfecta y el autoequilibrio de los mercados. Esos fueron tiempos de inquietudes y decepciones, pero por suerte, justo antes de terminar mi educación y queriendo salvar la decisión de haber estudiado administración, pretendí hacer una tesis sobre un tema más cooperativo - solidario y menos competitivo. Así acompañado del marco teórico y estado del arte para trabajar académicamente los impactos del comercio justo en los agricultores, conocí a mi director de tesis, Anastasio Gallego.
Anastasio es el rector de la universidad, tiene la pinta del enanito gruñon. Anastasio vino 30 años atrás desde España, como cura trabajó con Leonidas Proaño por los Andes, hasta que un día conoció a una costeña y se escapó con ella para dejar descendencia. Ahí murió su pasión clerical. Ha apoyado también proyectos en varias comunidades de pescadores por la península de Santa Elena y Manabí, estuvo en el Consejo que creó el Seguro Social Campesino (mil veces mejor que el IESS), fue asesor de Alberto Acosta cuando este estuvo en el Ministerio de Energía. En un tiempo en que estaba cansado de aprender de Porter, Samuelson o Kotler; Anastasio fue el que me mostró a Krugman, Stiglitz, Amartya Sen y otros grandes; me consiguió una beca para estudiar desarrollo humano en tierras andaluzas; y me introdujó en un análisis de los problemas y posibles soluciones de la sociedad, que muchas veces no tienen que ver con un alto índice de rentabilidad y bajos costos.
Siempre he tratado, debido a mi maldito carácter introvertido, de ser un autodidácta del tipo prueba – error, pero un mentor, y sobretodo si es un humanista e idealista como Anastasio, es la mayor educación que recibí.
PD: Hace un par de semanas creí que Anastasio empezaba a escibir en diario El Telégrafo, cuando leí un artículo de él sobre la gratuidad de la educación superior. Lástima que fue única ocasión. Porsiaca el link acá.
Cuando esté por Guayaquil espero poner una foto con Anastasio y tomarnos un café acompañado de intoxicantes pero refrescantes conversaciones. Acá lo dejo en su cargo de rector de la USM.
4 comentarios:
Me alegra en gran manera de que se haya dado cuenta de que desarrollo no es puramente económico sino en el fondo lo fundamental es el desarrollo humano. La calidad del capital humano de una empresa creo yo, es la que le da mayor seguridad en el tiempo; para toda latinoamérica nos queda aún un gran desafio, de trabajar en la concienciación del individuo, de fomentar el sentido de la cooperación y del trabajo en equipo. La idea de creer que la solusión de los males sociales depende únicamente de una fórmula político-económico copiada o imitada de un gobierno, ha sido el mayor error.
Saludos.
Segundo:
Lastimosamente, debo contarte que por acá, en las facultades de administración, no te enseñan nada de desarrollo económico, menos de desarrollo humano. Las clases se reducen a conceptos de bajos costos, división del trabajo, maximización del beneficio, etc.
Creo que tus conceptos son importantes hacia un desarrollo humano que abarque a todo el conjunto de la sociedad, con temas como la educación, salud, libertades política, culturales y económica, cohesión y también el desarrollo empresarial, pero todavía falta un muy largo camino de recorrer donde se incluyan todos los temas vitales.
Saludos
Admiro la gente con memoria. Si, y creo que aun más después de que un día me encontré con Anastasio en el aula magna de la ESPOL, ambos fuimos invitados a participar por un colegio de Guayaquil en lo que se llama el Modelo de Naciones Unidas, un ejercicio que permite emular como se manejan situaciones internacionales en ese alto foro mundial. Después de la participación a la salida del Aula Magna saludamos ya que cada uno de nosotros participó independientmente en este ejercicio como asesores de los estudiantes, pues cuando le dije que es la segunda vez que nos veíamos, me dijo,sorprendiendome con eso. Si asi es, hace algunos años fuiste a una reunión de Jubileo 2000 para hablarnos de la contaminación de la amazonía por las empresas petroleras. Recuerdo que en esa reunión estuvo también la Hna.Paloma, Hugo Arias, Fernanda Gutierrez, Alberto Acosta y una serie de personas que ahora estan intentando hacer un cambio en el país.
En fin, solo era para hacer este comentario respecto de Anastasio, a quien envio un fuerte abrazo a la distancia y desde las Naciones Unidas, y no en la del modelo sino la de la realidad.
Ing. José Delgado
www.islasantay.info
Jose:
Anastasio debe tener algun vinculo secreto con las Naciones Unidas, porque gracias a él yo tambien estuve involucrado con ella. Trabaje hace un par de meses en el proyecto ART patrocinado por PNUD en Los Rios y Bolivar, lastima que se vino la crisis internacional y se recorto en algo el presupuesto y ya no pude seguir con ellos.
Lo de conversar o participar con Anastasio es algo para nunca olvidar (pese a que yo si tengo problemas de memoria), me falto en el post colocar algo de las iniciativas humanistas de Anastasio en la universidad: Tuvimos conversaciones con Tony el suizo (el puentero) gracias a él, nos llevo a Perez Ezquivel (Premio Nobel de la Paz), Ricardo Lagos, entre otros.
Yo, por ahora estoy viviendo en Cuenca, trabajando en algunos proyectos, pero si conoces de alguna actividad patrocinada por las Naciones Unidas (charlas, congresos, seminarios, etc.) no dudes en avisarme (ademas de que visitare ese enlace que publicaste). La verdad, ese tiempo que pase en las Naciones Unidas, pese a mis precoces 24 años, fue una gran experiencia.
Saludos.
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