A excepción de Frankenstein y de algunos ecologistas (queriendo ver la forma en que viven los osos o morsas), no conozco expediciones de colonización del Polo Norte. Pero parece que ahora con el deshielo de los glaciares y con el descubrimiento de minerales, la frontera petrolera se expandirá y el Ártico será un lugar habitable. Razonamiento que me parecía absurdo hace un par de años, cuando se escuchaban rumores acerca de que el deshielo en Alaska permitiría a los EUA una mayor superficie para actividades agrícolas; o que se abriría una ruta más corta para la navegación entre Europa y Norteamérica. Sin embargo, la realidad no se da así y ahora todos ya sabemos que no hay límites para la economía y que la explotación de rincones del planeta poco conocidos, no corresponde a ninguna conspiración diabólica, solo son negocios que demuestran que las empresas incluso del calentamiento global pueden obtener beneficios.
Es que con un barril de petróleo en 125 dólares hoy en día; la amenaza de algunas naciones árabes y Venezuela por cambiar de dólares a euros la nominación del petróleo; y el saber que países productores ya alcanzaron su pico y no les queda más de 20 años de reservas (Nigeria estimó que hasta el 2030 podía abastecer a los ritmos actuales a EUA); hacen del aumento de la producción (con fuentes propias), la mejor solución, para los naciones más ricas, de calmar en algo la crisis de energía que no se espera que se detenga en el corto plazo.
Este aumento será aplaudido por los consumidores, que cada vez tienen un menor poder adquisitivo para realizar sus compras habituales debido a las subidas en los precios de combustibles y de los fletes de los barcos. También los empresarios estarán felices con esta medida, porque ahora sus fábricas pueden seguir funcionando, y los precios bajarán, lo que provocará como todos sabemos: que disminuya la inflación, aumente la producción y el consumo y se eleven las tasas de empleo (todos felices).
Lástima que con esta terapia de shock, de una catástrofe económica, no se tomen en cuenta los graves riesgos a la humanidad que conllevaría la colonización petrolera del Ártico. No solo estoy abogando por los animalitos del lugar, sino también por nuestras reservas de agua dulce, los daños en las costas que puede causar una mayor cantidad de agua en los océanos y las consecuencias de un aumento de temperatura altamente perjudicial para la población mundial. ¿Quién podrá medir los impactos y límites en el entorno natural de estas peligrosas acciones? ¿Será la mano invisible?
Fuentes:
Conservar el crudo en el subsuelo, por el país, por el Yasuní, por su gente, por Oil Watch.
Ártico es rico en gas, petróleo y minerales, por diario EL UNIVERSO.
http://www.eluniverso.com/2008/07/25/0001/14/5FFBF3B07AA74909A5B643798C4746D5.html
Polo Norte, nueva frontera para el exterminio, por Periodismo Digital.
http://blogs.periodistadigital.com/medioambiente.php/2006/02/28/polo_norte
El deshielo inicia el pulso por las riquezas por el Polo Norte, por LA VERDAD.
http://canales.laverdad.es/nuestratierra/nt08092007/suscr/nec1.htm