30 de enero de 2009

Confesiones marketeras

“Siento que el actual régimen del país le da mucho valor a la comunicación y esto es muy bueno…”; “Ha sido un año positivo. Crecimos entre un 15, 20 por ciento comparado con el año anterior…”; “El 2008 fue un año bastante bueno para las agencias locales. En resumen, los clientes no han disminuido y desaparecido, y sí hubo la suficiente capacidad económica en el mercado, lo mismo que ha facilitado que se den mejor las cosas…”; “El balance del 2008 nos muestra que crecimos un 100% en facturación en comparación al 2007…”.

De casualidad la semana pasada un amigo me regaló la revista “Opiniones 08” de Markka ®, dedicada exclusivamente a la publicidad ecuatoriana, y las frases de arriba corresponden a entrevistas de personajes reconocidos en el medio marketero. Lo curioso aquí es que la mayoría de los comentarios son semejantes a través de toda la publicación, dando la impresión de que aquí, en Ecuador, la crisis no existe, así como en enero de este año que sudaremos sangre más de 1 millón de personas se dirigieron a la playa para disfrutar el largo feriado de inicio de temporada de playa, a diferencia de lo que podemos leer en el mayor diario del país que siempre son culpas hacia el gobierno de turno o en las sesiones de la Cámara de Comercio de Guayaquil donde se exclama que el estado mínimo debe crear 80 mil plazas anuales de trabajo, esto muy alejado del no pienses lo que el país puede hacer por ti sino lo que tú puedes hacer por el país que décadas atrás JFK repetía; además de reconocer que son vendedores los entrevistados, así que al hablar de sus empresas más de una mentira debió salir de ahí con tal de promocionarse, lo digo por experiencia porque a un par de esos ejecutivos aparentemente exitosos consultados para la edición de fin de año de Markka ® los tuve de profesores en la universidad, y en vivo y en directo y después de varias tortuosas clases uno sacaba la conclusión de que eran pobres diablos improvisados sin conocimientos que el director educativo seguramente los tomo en cuenta por falta de opciones.

Y volviendo a la frase de Kennedy y al tema de la crisis, sobre esta última por supuesto que creo que existe y el Gobierno no hace mucho por afrontarla, para comprobarlo está el sentarme con amigos y gente del trabajo y ser este el principal tema de conversación, quejas y amargura, y dándole un poco de credibilidad a los marketeros, lo que ellos hacen también podría parecerse a lo que mencionaba Vargas Llosa, pero el liberal de Álvaro y no el literato de Mario, que muchas empresas de América Latina han visto como una oportunidad para fortalecerse y mejorar constantemente su desempeño a la inestabilidad política y económica de la región, algo así como el diálogo que tiene Ricardo Darín en la conmovedora película “El hijo de la novia” cuando piensa vender su restaurante y el astuto comprador le dice que él ya no está para esos trotes porque lo ve peleando con proveedores y el hijo de la novia ante la ofensa del bajo precio que tiene la propuesta dicta una de las mejores clases de economía aplicada que he escuchado: “¿Cuándo no hubo crisis en este país? Si no es la inflación, es la recesión. Si no es el FMI, es el Frente Popular. Si no es en el frente es en el fondo, pero en esta casa siempre hay una mancha de humedad”.

Y ahí entre frases de JFK, de Vargas Llosa, de Darín en “El hijo de la novia” y confesiones marketeras, empresarios y gobierno podrían ponerse a dialogar pero para reales políticas comerciales y no solo para el aumento de aranceles, claro que los primeros deberían forjar alianzas entre ellos y no solo entre grandes, ser transparentes en sus cuentas y escuchar a sus trabajadores; y el régimen actual con flexibilidad y sin autoritarismo. Pero viendo como se han manejado las negociaciones de la ley minera y el interior del movimiento gobiernista con las elecciones primarias, y los escasos bloques empresariales existentes y la prueba del desinterés de ser claros en las cuentas por parte de los ejecutivos al no ingresar en el máximo mercado empresarial, el accionario, pocas son las expectativas de mejora en la economía.

29 de enero de 2009

Entre el racismo y la tragedia un adiós a Billy Powell

If I leave here tomorrow/ Would you still remember me?/ For I must be travelling on, now,/ cause there`s too many places I`ve got to see./ But, if I stayed here with you, girl,/ Things just couldn`t be the same./ cause I`m as free as a bird now,/ And this bird you cannot change./ Lord knows, I can`t change...



Junto a “Wish you were here” de Pink Floyd y a varias de las composiciones de los dos mejores grupos de todos los tiempos: Los Beatles y los Rolling Stones, “Freebird” de Lynyrd Skynyrd es definitivamente mi canción favorita, con el mejor solo de guitarra de la historia del rock y con una lírica tan sencilla pero emotiva como verdadera que vuelve un golpe en el corazón y un balazo en la cabeza cada melodía. Y este post es algo difícil de escribir porque no se trata de Bob Dylan con sus cantos de un mundo mejor, Bono con sus paseos mostrando la realidad de África o gritando “In the name of love” como homenaje a Martin Luther King, ni George Harrison entonando “My sweet lord” para Bangladesh, porque los de Lynyrd con su bandera confederada y su “Sweet home Alabama” se declaraban abiertamente racistas, y no pongo de excusa que seguramente Mozart, Chopin u otros músicos de los cuales coleccionamos sus discos hayan sido también racistas, homofóbicos o con cualquier otro prejuicio, y aunque Lynyrd no es mi banda favorita, ni me marcó para escucharla tan seguido y no me sé ninguna otra canción, que te guste Freebird es algo así como seguir siendo hincha de Barcelona con Maruri de presidente.


El día de ayer murió Billy Powell, aquel tecladista que empezó como roadie de la banda, como uno de aquellos que se dedican a hacer pruebas de sonido cuando todavía no hay nadie en el recinto gritando las letras de tus ídolos, hasta que un día los integrantes de la banda lo escucharon casualmente en el piano hacer un intro al himno llamado Freebird y le pidieron que acompañase a la banda en los conciertos como tecladista, cumpliendo así una especie de american dream en la música que es tocar con tu inspiración, y también es un sobreviviente del accidente de la banda en 1977, después de que se desplomó el avión muriendo el vocalista Ronnie Van Zant, el guitarrista Steve Gaines y la segunda voz Cassie Gaines, y posteriormente fallecieron el otro guitarrista Allen Collins y el bajista, quedando únicamente Gary Rossington, guitarrista principal; Billy; y el baterista Artimys Pyles que se retiró de las filas.


Billy perteneció a una banda que además de racista definitivamente tuvo una historia marcada de tragedia; y con la cruz que significa que tu canción preferida venga de una banda de este tipo y que admitas que te gustó una comedia romántica, Elizabethtown, únicamente porque tocan esta canción, estaría dispuesto a que un loco con una máscara elaborada de carne de otras personas y con una sierra en mano, así como en La masacre de Texas (lo mejor de la película es que los después asesinados pasaron toda esa tortura por ir a un concierto de Lynyrd), me persiguiera por el estado de Texas, con tal de al final del día escuchar If I leave here tomorrow/ Would you still remember me?…

PS: Algo así como pelearte con tu novia, faltar tres días al trabajo con temor a que te despidan, aguantar 8 horas de viaje y estar en el Chillogallo desde las 7 de la mañana solo por ver a Iron Maiden en el Ecuador./ Neil Young, aquel que cantante que hizo que nos enamoraramos de Uma Thurman en Pulp Fiction mientras bailaba Girl You´ll be a woman soon, escribió las réplicas contra la racista "Sweet home Alabama": "Southern man" y "Alabama".



27 de enero de 2009

La máquina del tiempo con olor a cartón

El concepto de patriotismo o nacionalismo siempre me ha resultado difícil de entender y muchas veces no le he prestado atención al que me lo ha tratado de inculcar. ¿Amor a la patria según quién? y ¿Para qué o por qué? Santiago Roldós, hablando del fallecido premio nobel: Harold Pinter, decía que “todo nacionalismo exige cierta dosis de culto y promoción de la mediocridad y la mentira” y John Lennon mencionaba que el patriotismo “es el último refugio de todo canalla”.
La discusión del patriotismo (así como de la moral o de los buenos valores) puede seguir para milenarios debates, y lo mismo sucede con el heroísmo. Nunca me ha parecido que pertenecer a determinado grupo o élite te vuelven un héroe, y aquí también incluyo a los militares o cualquier portador de armas, que así como han defendido las fronteras ante ataques de enemigos (en palabras de Sabato: La guerra puede ser absurda pero el pelotón es absoluto), sus cúpulas también han establecido sanguinarias dictaduras como excusa de rescatar los valores nacionales y occidentales. Pero más que los militares o cualquier otro que retóricamente se considere un patriota, mayores héroes siempre me han resultado aquellos que luchan día a día, aquellos que defienden lo poco que tienen y que siempre están prestos a ayudar al resto, algo así como los jugadores del Dynamo Kiev en 1942, que reunidos después de haber pasado varios años en la clandestinidad (debido al dominio alemán de Ucrania), sin temor a ser fusilados, desnutridos y harapientos, les metieron una paliza al equipo de súper atletas nazis del momento, sin importarles ser deportados a campos de concentración o fusilados, dispuestos a sufrir todo esto con tal de que no les sea quitado lo poco que les quedaba (acá la historia completa).


A principios de 1541 nos llegó la noticia que Gonzalo Pizarro, hermano de Francisco, estaba en Quito y que preparaba una expedición al Oriente. Ni qué decir que ello me entusiasmó y dejé Guayaquil para unirme a ella…

Antes de salir fuimos a escuchar una misa donde se bendijo la expedición y a sus estandartes. Recorrimos la tierras feraces al este del Pichincha, con nuestra mirada puesta en la inmensa mole del Antisana. Pronto llegamos a sus páramos y allí empezaron nuestras tribulaciones. Hacía un frío intenso y había mucha niebla, esa niebla tan especial de los páramos que parece que cubre todo con un velo transparente, agigantando las rocas y dando a todo una apariencia fantástica que atemoriza…

Empezamos el descenso por abruptos despeñaderos y en poco tiempo estábamos en las tierras bajas, donde nos alcanzó Francisco de Orellana. La selva cada día se espesaba más y había que abrirse camino a golpes de machete, el terreno muchas veces estaba anegado formando extensas ciénagas, los insectos ponzoñosos eran un constante tormento… en la tupida selva no había alimentos para un grupo tan grande y nosotros tampoco sabíamos cómo encontrarlos… Si todo ella era duro para los españoles que iban en busca de fortuna cuánto más duro era para los indios que no iban en busca de nada…

Nuestra ropa fue rasgándose con las plantas espinosas y muy pronto todos estábamos en andrajos. A Pizarro debió haberle dolido profundamente ver el estado de su expedición… Cada día el hambre era mayor, nos comimos los caballos y las monturas de cuero. Finalmente Pizarro decidió que no se podía seguir así, escogió un puñado de hombres, puso a Orellana a cargo de ellos y los envió río abajo para que encontrasen alimentos en la expectativa que pronto regresarían. Sucio, delgado y agotado poco recordaba el Orellana de esas selvas al orgulloso capitán que yo había conocido a orillas del río Guayas. ..

Esperamos varias semanas pero Orellana no regresó… Pasaron semanas, meses, hasta que tras la niebla divisamos la cordillera y empezamos a ascenderla. Allí empezó un tormento diferente, el del frío. Estábamos poco vestidos y esas alturas gélidas mataron a muchos.

Finalmente en junio de 1543 unos pocos alcanzamos los valles frescos que habíamos dejado dos años atrás… Habíamos salido al son de las trompetas, regresábamos en silencio con olor a muerte…


El relato de arriba pertenece a “Los caminos del tiempo”, una novela que me regalaron hace casi 5 años, los primeros días que ingresé a hacer el preuniversitario, y que ahora por casualidad la volví a leer, escrita por Joaquín Martínez Amador. En ella el autor es el inmortal personaje principal que a través del tiempo y todo el territorio ecuatoriano nos relata lo que ha sucedido en estas tierras, las culturas, canciones, lenguas e historias que hemos dejado atrás y de las que quedan pocos vestigios. Desde los cazadores en el páramo hace 14 mil años para continuar nuestro pasado chorrero, machalillo, jama – coaque, siguiendo con las conquistas incas, españolas, la colonia y los años de república; todo a través de los ojos de personajes comunes que estuvieron en trascendentales eventos, aquellos que permanecieron siempre en estas tierras, cantando canciones propias, preparando comida, fabricando herramientas y cosiendo vestidos, los que quedaron después de las batallas y sembraron los campos arrasados, en resumen los grandes que hacen cosas comunes.

Para el esclavo y el indio la vida era radicalmente diferente a la del blanco o el mestizo. Estos podían construir su futuro, sabían que a fuerza de trabajo y esfuerzo podían mejorar su situación y la de su familia, tenían las puertas abiertas para ir donde quisieran sin saber ni sentirse atados a nadie. El esclavo tenía al menos la esperanza de comprar la libertad… El indio estaba atado desde su mayoría de edad al tributo y al encomendero, a la mita y luego a la hacienda. Para escapar de ellas tenía que abandonar su comunidad e irse a vivir miserablemente a las ciudades o parajes remotos. Si se quedaba en su comunidad sabía desde su nacimiento cuál sería su vida hasta su muerte. No sorprende entonces que buscasen liberarse de ese peso infinito en las fiestas que organizaban y en las que se consumía chicha hasta alcanzar el total olvido; esas fiestas llenaban sus vidas con ceremonias y con alegrías. En ellas, el indio podía soñar llegar a ser prioste, podía soñar en los danzantes, en las fiestas de las corazas y en las fiestas religiosas, fiestas para las que sacarían sus vestidos dorados de colores brillantes y las mujeres se pondrían sus adornos… Para esas vidas sin esperanza y sin mayores alegrías las fiestas representaban la única ilusión, lo único en lo que valía la pena gastar sus escasos ahorros…

En 400 páginas de papel periódico (de ese que puede ser fácilmente devorado por las polillas, digno ejemplo de nuestra literatura) y de manera constante, sin altos picos de genialidad pero con didáctica, Martínez Amador, sin tratar de responder lo que es ser ecuatoriano, abre la puerta utilizando la historia para que veamos esas otras realidades que se encuentran a pocos cientos de kilómetros de distancia.

23 de enero de 2009

Informe sobre ciegos

Estas líneas no tratan de un mundo dominado por los no videntes y dueños del infierno, ni sueños de pájaros o laberintos que conducen a milenarias pirámides; lo que si tiene de parecido con el surrealista mundo de Sabato es la conspiración de organizaciones dispuestas a todo por enriquecerse.


En 1851 la Reina Victoria de Inglaterra decidió borrar a Bolivia del mapa (en palabras de ella: Bolivia no longer exists) después de que su enviado diplomático fue expulsado del país, paseándolo a lomo de un burro. Ante semejante insulto y al no poder con su poderosa flota naviera someter a la altiplana nación, sin puerto, a los deseos del Imperio Británico, su majestad tomó la determinación de desaparecer a Bolivia de la cartografía mundial. Esto de que los grandes dominadores actuales no sepan que existen naciones pobres o no conozcan su situación social no es cosa del pasado.

Según OXFAM, en su informe Visión de negocio, en Bolivia la pomada antibiótica para curar la conjuntivitis que puede dejar ciego a un recién nacido cuesta cuatro veces más que en España, país con una renta per cápita diez veces mayor. El 75% de las cegueras son evitables y el 90% de la ceguera mundial está ubicada en los países en desarrollo, existen actualmente 30 millones de personas no videntes y 200 millones con severos problemas de visión. Como el Sida y la malaria, la ceguera evitable tiene razones estrictamente sociales en su proliferación, que si no son tratadas implican incapacidad de trabajo, pérdida de estatus social y dependencia total, pudiendo generar incluso mendicidad. Las causas además del entorno insalubre y los escasos medios técnicos, son los altos costos de los medicamentos debido a las leyes de protección de patentes de las farmacéuticas que pueden llegar hasta los 20 años.

“La sólida protección de la propiedad intelectual es la clave del libre comercio y del acceso global a los mercados”. Las palabras del saliente George W. Bush resumen el aspecto empresarial que domina la industria de la salud, así la OMC diga que el aspecto humano debe primar sobre el comercial, la realidad es distinta. Millones de personas pobres alrededor del mundo dependen de la comercialización de medicamentos genéricos producidos en países con legislaciones favorables para su producción como Brasil e India; pero con el hostigamiento de multinacionales farmacéuticas y la apatía e inacción de naciones ricas, esta producción y comercialización corre graves peligros.

Varias ilustraciones didácticas alrededor del globo existen de estos problemas, como San José de Chiquitos en Bolivia. En una región rural y pobre de difícil acceso, dos oftalmólogos dos veces a la semana van a atender, diagnosticar, y operar a cuanto enfermo alcance, todo utilizando medicamentos genéricos; en Nepal el costo por los problemas de ceguera es de 88 millones de dólares, lo equivalente a seis veces el presupuesto en salud de la nación; y en Canadá, gracias al lobby farmacéutico, se frustró la idea de producir genéricos en esta nación, lo mismo que la India que ya no puede exportar libremente genéricos a precios razonables.


30 millones personas en Bolivia no tienen acceso a los medicamentos por razones de costo, y 75 mil millones de dólares, según la OMS, es el costo económico de los problemas relacionados con la vista, mientras que 200 millones de dólares servirían para la prevención de estos. Desde 1975 hasta el 2004, de las 1556 nuevas sustancias farmacéuticas comercializadas, solo 21 estaban destinadas a tratamientos de enfermedades en países pobres. 90% del mercado de medicinas se concentra en EUA, la UE y Japón, lo que demuestra que los mercados pobres y marginales no ponen en riesgo las ganancias de estas grandes compañías.

En estos tiempos que se promueve el libre comercio como solución a las crisis mundial es este ideologismo y no la erradicación de aranceles el causante de preocupación.

19 de enero de 2009

Jazz, rock, política y si sobra también muerte y pasarela: Consejos de un rosarino a Barack Husseim







En este 2009 en que se cumplen 50 años de aniversario de uno de los mejores discos de música de la historia, el Kind of blue de Mile Davis, vale la pena recordar que en 1987 el genial trompetista fue invitado junto a otros destacables afroamericanos a una cena en la Casa Blanca, como reconocimiento al talento de Ray Charles, organizada por el mandatario de aquel entonces, Ronald Reagan. Mile con gran personalidad, pero sin conocimiento de etiqueta se presentó vestido con unos pantalones de cuero negro, varios chalecos y encima una chaqueta con una serpiente roja. No todos los asistentes sabían quién era aquel extravagante personaje y por qué aceptaban que estuviese presentado de esa manera, entonces una señora de sociedad no pudo aguantarlo más, y dirigiéndose a la leyenda del jazz, sin estupor alguno le preguntó qué méritos él tenía para estar allí, a lo que la respuesta cortante del ilustre personaje fue: “Bueno, he cambiado el rumbo de la música cinco o seis veces. Ahora dígame: ¿Qué ha hecho usted de importancia, aparte de ser blanca? La nota completa acá:

http://www.elpais.com/articulo/portada/Puro/Miles/Davis/elpepusoceps/20090104elpepspor_9/Tes

Mañana, otro afroamericano también tendrá motivos para estar en la Casa Blanca, él será el habitante de la lechosa residencia por los siguientes cuatro años y junto a sus colaboradores tendrá la tarea de encaminar a su nación una vez más por la ruta del progreso. Por esto lares solo se le dice: Flaco, suerte y no la cagues. Hazlo todo con humanidad. Pero el que si le puede dar algunos consejos para su administración es un rosarino, canaya de corazón (Ahí voy), que con su lema de dar es dar, solamente una manera de andar (Dar es dar) y sus orígenes de aprendé de mí que soy un chico pobre de allá del interior (Sácate el diablo de corazón), tiene algunas palabras para Barack Husseim.

Con respecto a la crisis debería escuchar: Las cosas tienen que estar bien, ya no se puede estar peor… cuando estés así, sácate el diablo de tu corazón (Sácate el diablo de tu corazón). Y cuando los señores de lobby vestidos de etiquetas arribando en jets privados le pidan implementar terapias de shocks de libre comercio perjudiciales para países pobres pero que en estas épocas de crisis ante cualquier beneficio ellos firmarían, las mejores palabras de Fito, para estos casos, son: Ahí voy, con mis muertos, con mi dolor… Ahí voy, pateando en la tempestad, ahí voy echando abogados… (Ahí voy) y si estos insisten, el nuevo presidente tajantemente debería repetir: No me pidas que me porte cool… yo ya no pertenezco a ningún ismo, me considero vivo y enterrado… tendré que hacer lo que es no debido, hacer el bien y hacer el daño, no olvides que el perdón es lo divino, y errar a veces puede ser humano… no es bueno hacerse de enemigos, que no estén a la altura del conflicto (Al lado del camino).

Y cuando recuerde sus orígenes siempre deberá tararear: Un recuerdo desde el África (La rueda mágica) y para hacer algo por ellos tendrá que verse a él mismo, para lo cual le servirá: Mi pasado es real y el futuro libertad (Circo beat) y dar media vuelta y ver que pasa ahí afuera, no todo el mundo tiene primavera… (Giros). Yo quiero dar una suerte de señal… Si un un corazón triste pudo ver la luz (A rodar mi vida), y antes de cualquier acción militar o guerra inminente podrá repetir en su cabeza: Los militares odian esas almas y yo las quiero para mí (Dos días en la vida).


Para los tiempos de reflexión a solas, Barack Husseim también necesitará ciertas citas para esos momentos de desanimo, donde dirá: Cuando estoy mal o estoy en blue, y ya no quiero más cargar esta cruz (Los buenos tiempos), Fito le contestará: Es solo una cuestión de actitud, si lo cuentas no se cumple el deseo… recibir los golpes y no tener miedos/ y no quejarse, atreverse a pasar el desierto… reírse del fracaso y el oro (Es solo una cuestión de actitud) y con estos consejo el flamante mandatario al finar de su mandato verá: no me creo que todo haya ido tan mal prueba el efecto de resucitar… cuando el mundo se pone oscuro, lento, todo mal, por el mundo yo no me dejo desanimar (Lo que el viento nunca se llevó).

Y este bloggero queriendo dejar una suerte de señal, solo les puede repetir: Se me hacía tarde y ya me iba, siempre se hacer tarde en la ciudad y dejando esos cadáveres exquisistos, la lista de canciones: Chao hasta mañana (A rodar mi vida)…

1. Ahí voy:






2. Sácate el diablo de tu corazón.






3. Al lado del camino:






4. La rueda mágica.






5. Circo beat.






6. Giros:






7. Dos días en la vida.






8. Los buenos tiempos.





9. Es sola una cuestión de actitud.






10. Lo que el viento nunca se llevó.






11. A rodar mi vida.


16 de enero de 2009

No reservations


Nunca he sido fanático de los programas de cocina, aunque a lo de chef puertas adentro si me animo regularmente, disfrutando el cortar vegetales, adobar filetes y preparar salsas imaginando en cada acción todo el universo (lluvias, sequias, familias cosechando, selección de los ingredientes, etc., etc., etc.,) que tuvo que pasar para que aquel tomate en mis manos esté tan rojo y este bloggero adivine el sabor exacto que tendrá al mezclarlo con especias y acompañado con una generosa porción de lomo cocido 3/4.

De lo que si he sido fanático y siempre quise encontrar es un trabajo que me permita viajar y quedarme ahí un tiempo, viendo y compartiendo con gente sencilla que hace cosas grandiosas o gente grandiosa que hace cosas sencillas. Tres opciones creí tener desde que era un púber: Como rock star demoledor de hoteles no hubiera durando una semana y como magnate petrolero estoy a una fortuna de distancia; la otra opción y una verdadera pasión es la fotografía. Contemplo nubes y saco fotos mentales, cualquier escenario urbano o rural lo imagino a blanco y negro, y trato de no desaprovechar rincones desconocidos para retratarlos. Claro que en esto de la fotografía aún estoy en la zona amateur, razón para que nadie me haya ofrecido algún cachuelo; pero por suerte surgió una cuarta opción trabajando en proyectos de desarrollo donde tuve la chance de conocer y convivir en lugares tan irreales a lo cotidiano, lástima que en esta época de crisis los programas de cooperación y desarrollo estén escaseando; pero volviendo a lo que importa, sin pensar por un rato en volverme un oficinista encarcelado en un edificio funcional con ascensores Mitsubishi, de este post que es el no ser fanático de programas de cocina y la pasión viajera, existe un programa de televisión que mezcla ambas cosas y te llena de envidia y de ganas de volver a intentarlo después de echarle un ojo.


Anthony Bourdain es un chef neoyorkino que durante varios años, trabajando entre doce y catorce horas al día, pasó metido en un único mundo, su cocina, elaborando platos en restaurantes exclusivos de la ciudad. Y así como todo lo bueno de la vida llega en forma de casualidad (aunque Sabato nos explica que en realidad todos estos hechos son productos de fuerzas ocultas que trabajan para nosotros), mientras Anthony viajaba por varios países escribiendo un libro, un par de tipos se les acercaron preguntándole si quería hacer algo de televisión. Hasta ahora con No reservations ha recorrido más de treinta países y como un antiguo explorador del estilo de Marco Polo, Colón, Magallanes, Tony Bourdain (claro que este fanático de Pink Floyd) con su comentarios hilarantes y su ácida personalidad nos describe los sabores de una región, y a través de la comida podemos conocer un granito de todas las costumbres y tradiciones de los lugares que visita (viajando pero sin hacer turismo). O una mejor descripción dicha por el propio Bourdain: “Hacer No Reservations es como viajar con una banda de rock and roll. Trabajo con un equipo pequeño de camarógrafos y productores –todos amigos, todos muy creativos– y nos divertimos mucho recorriendo el mundo. Una noche estamos durmiendo en una casa común en las selvas de Borneo, o navegando a vela en Sicilia, la próxima semana sudándola en un hotel de mala muerte en Samarcanda, pasando violentamente del confort a lo extremadamente rústico y viceversa. Es una vida salvaje, impredecible y humilde, en la que cualquier cosa puede suceder, y sucede. Ver el mundo como lo hacemos nosotros tiende a cambiar tu visión de las cosas y siempre todos hemos sido transformados por nuestros viajes, y creo que también hemos sido unidos por ellos.”

A Tony uno lo siente como un pana al cual además de contarle, sin la jerga de un chef, como le supieron unos platos palestinos que probé en Sevilla o un Gazpacho con berenjena cubierto de miel en Córdoba; también puedes hablarle de Yates, Hemingway, cuando es bueno tomarse una buena Guinness. Él te dira que siempre es un buen momento para tomarse una Guinness, o hablar de algo de cine. Y aunque lo mejor de la comida no es hablar de ella sino saborearla, Bourdain también escribe. Por ahora no tengo ninguno de sus libros, ojalá que las mediocres librerías del país algún día los traigan, pero en su blog encontré varias joyitas.

I suspect that our President elect would have serious reservations about the cocktail that bears his name at Mo's Crab & Pasta joint in Baltimore. It's a scary blue, sickly sweet coconut tasting concoction with a lethal kick. And yet—and yet; here we were; me, a group of white construction workers, our Iranian-American hosts and Felicia "Snoop" Pearson, a diminutive young black woman who after six years in Jessup for Murder Two, emerged to find herself playing what Steven King called "the most terrifying female villain in the history of television"—a character not too far from her former self. We were drinking our "Obamas" and laughing our asses off—at what, I don't even remember. It was one of those chance mash-ups of very different backstories: me and my crew, Felicia and hers, some pipefitters on lunch break at the next table, a shared silly moment that could only happen in America….


There's a marvelous scene in "Lawrence of Arabia" where Peter O'Toole, playing T.E. Lawrence, looks out at the vast, empty desert and says something like, " I like the desert. It's ... clean." And I've always admired that particular breed of slightly potty Englishmen -- the Arabists, cartographers, explorers, spies, scholars and mischief-makers--who fell in love with the 360 degree vistas of sand and sky they found in the Middle East. I saw that same love up close in the face of our Bedouin guide, who spends, he said, most of his time out there, roaring around in 4x4 vehicles with his buddies, sleeping under the stars, answerable to no one...

PD: Gracias al programa, planeo un viaje a Indonesia algún día y también visitar una extravagante tienda de rosquillas en Portland, Oregón entre chefs tatuados y lo poco que queda de la cultura grundge.

12 de enero de 2009

Pensamientos en tiempos de crisis: When in doubt... Fuck

(Los eventos críticos ocurren a primera hora de la mañana dentro de la cabeza de nuestro anónimo personaje, entre el desayuno y salir al trabajo).


When in doubt… Fuck es el primer pensamiento de nuestro personaje en los pocos minutos que lleva para él transcurrido el día, aunque algunos madrugadores ya deben estar en media jornada, pero como saben: de nadie es el tiempo (repite en su cabeza). Y así como rayo pasó por su mente esa frase sin recordar por qué, rememora los eventos transcurridos previos a este crucial instante, pero el improvisado inventario solo contiene aquellos hechos que componen la vil rutina; el escuchar las campanadas de la iglesia, la luz del sol filtrándose insolentemente por la ventana, el frío con olor a tierra mojada que le espera afuera, su rostro incambiable en el redondo espejo, el apretar la pasta de dientes como lo hacen los sujetos calculadores: desde la parte inferior, el ver su cuarto en un orden que solo él es capaz de entender y que lo lleva a inmutarse ante las chillonas e infaltables quejas, el preparar café y sus dos cucharaditas de azúcar, unas gotas de leche para revolver y cuando la esencia esté lista le derramamos todo el líquido lácteo, con suerte, proveniente de alguna vaca, para luego de acompañarlo con un pan relleno de salado queso de campo y mantequilla de marca, desayunar como todas las mañanas parado frente a una gran ventana con vista a un novel parque y a una centenaria iglesia donde también está presente una estatua con la cabeza de Cristo decapitada, presuntamente por la Pacha Mamma, por algún rayo como esos que pasan por su mente.

- Ahora que recuerdo - dice nuestro confundido personaje - When in doubt... Fuck es el vago indicio que trae de regreso al presente a Scent of a woman - aquella película que siempre le resultara cautivante donde el Coronel no vidente Frank Slater emprende junto a su lazarillo el último viaje a New York. Ahí Al Pacino bailará tango, se acostará con una espectacular mujer, conducirá un Ferrari, todo antes de pegarse un tiro en la cama de un hotel de cinco estrellas. Pero previo a la travesía, aún en su rutinaria casa de Boston, el Coronel no vidente agarra a su gato y como despedida le dice: When in doubt... Fuck -.


Nuestro algo educado personaje sabe que esa frase es original del genial Picasso que siempre repetía lo mismo pero traducido al español: Cuando dudes... jode (en el sentido de follar, tirar o coger), pero lo que aún no sabe es porque le vino a la memoria la tan magistral y carnal sentencia del andalúz.

- Tal vez sea esa maldita televisión que solo habla de la crisis - presiente -, mientras la negra caja hueca menciona que el magnate Larry Flint pide un plan de rescate para el entretenimiento adulto (eufemismo de la pornografía) porque como señala el mismo Flint (viejo libidinoso con película propia), en época de crisis las personas buscan con qué distraerse.

- Nacionalizar la pornografía parece un acto patriótico de los norteamericanos - piensa ahora nuestro interesado personaje mientras bebe un sorbo del negro y amargo líquido que lo acompaña en la mañana -. Y tal vez después se pueda nacionalizar a todas las prostitutas, para continuar con Paris Hilton y seres parecidos, finalizando en que todas las estrellas de Hollywood sean parte del Estado. Después de todo es la quinta economía del mundo en palabras de Donald Trump – dice para él mismo nuestro ahora empresario personaje –.


Y repensando la célebre crisis, y todo los datos y análisis que ha almacenado en su memoria, y al ver como todos estos billones en rescates irán a industrias que fracasaron por su ineficiencia y codicia, dándoles montos mayores a los necesarios para acabar con la pobreza y mendicidad mundial - repite nuestro conocedor personaje de los problemas del desarrollo -. Esa es la misma crisis que lo vuelve loco porque no sabe si es existente después de que nuestro personaje vio como mas de un millón de personas se dirigían a la playa sin ningún problema a disfrutar del feriado de principio de año, pero después en otros eventos contemporáneos a este del pasado donde se detiene a escuchar las quejas de sus amigos y compañeros que se flagelan con los valores de sus últimas ventas y los precios de las materias primas, nerviosamente empieza a dudar, llegando a la equilibrada y diplomática conclusión nuestro metafórico personaje de que a la crisis aún únicamente le estamos viendo las sombras de sus garras.

Y al finalizar el café y masticar el crocante y costoso plan (lo de costoso es producto de la crisis), nuestro responsable personaje se dirige a la calle, saliendo de ese cúbil funcional llamado hogar tan solo para aproximarse a otro llamado labor, sin saber que en ese momento, en cubos parecidos y desayunando de forma parecida miles o tal vez millones de personas tienen los mismos pensamientos críticos (o crisicos por crisis), sin notar aún que algo interior les grita desesperadamente: When in doubt... fuck (pero esta vez no en el completo sentido de follar, tirar o coger).

6 de enero de 2009

En el día de reyes


Si los Reyes Magos quisiesen hoy visitar al niño nacido en Belén (llevándole el incienso, el oro y la mirra), es probable que tuvieran que pasar algún tipo de control, y con sus trazas de orientales seguramente tendrían más de un problema para sortearlo sin antes ser acusados de yihadistas; esto sin olvidar que también deberían esquivar, habilidosamente, bombas arrojadas desde aviones (el mismo niño ya crecido también tendría varios inconvenientes para sermonear por lo que actualmente es Tierra Santa). Claro que para Melchor, Gaspar y Baltasar esta experiencia turística solo sería de momento y en sus jet privados de magnates petroleros podrían volver a algunos de sus palacios (tal vez con harén incluido, como lo dictan los nuevos tiempos), pero imaginen lo que significa el vivir día a día para los residentes desplazados y expoliados de lo que alguna vez fue su hogar.

Más de 800 mil palestinos muertos es la cifra de la limpieza étnica que empezó con la Nabka (catástrofe), cuando se declaró en 1948 el Estado de Israel, momento en que fueron separadas familias y más de la mitad de los originales habitantes perdieron sus hogares. Y la violencia no cesó con ese despojo, en 1967 el gobierno israelí declara a Jerusalén (antes una zona internacional) como su capital única e indivisible, expoliando a los palestinos del territorio previamente asignado; y actualmente también se suman la construcción de un muro (la cárcel más grande del mundo) que no permite el libre paso para los palestinos, sino unas dos horas diarias de revisiones entre abusos; operaciones militares con irrupciones en la noche en la zona de refugiados (los nuevos barrios), detenciones sin órdenes judiciales, demolición de viviendas; expoliaciones de territorios; nuevos asentamientos para construir cooperativas agrícolas o ciudadelas en sitios designados como neutrales en acuerdos de paz; el bloqueo del comercio de alimentos; el apropiamiento de regadíos para uso exclusivo de cultivos israelíes; sin olvidarnos los bombardeos, con centenas de civiles muertos, como el que actualmente se está llevando a cabo en la zona de Gaza.

“No se cansarán hasta matarnos a todos, pero nosotros no nos cansaremos hasta que nos devuelvan lo que nos fue arrebatado” dice Mahmud, un anciano de ojos tristes (palestino) entrevistado por Yasna Mussa para el artículo: “Una pared en tu vida”, publicado en la revista Etiqueta Negra. La frase del viejo con acuosas pupilas es una promesa de campaña en este periodo de elecciones israelíes, con declaraciones como las de la candidata Tzipi Livni, del Partido Kadima afirmando el 21 de diciembre pasado que si se convertía en la próxima Primer Ministro destruiría el Gobierno de Hamas utilizando medios militares, económicos y diplomáticos (una pequeña dosis son los actuales bombardeos, previos a la incursión en tierra).

Recordando que Israel también sufre ataques: suicidas o de morteros mayormente (aunque la solución para detenerlos no creo que consista en más violencia), pero con bitácoras apoyando las acciones militares en Gaza y señalando a los israelíes como víctimas de Hamas, tal vez sea necesario mencionar también el otro lado de la historia en este día de reyes con roscones y fiestas menos en la frontera de Gaza donde a sus pobladores únicamente les van quedando las llaves como símbolo de lo que alguna vez fue su hogar.

3 de enero de 2009

2009

Heredando una botella de ron de un clochard moribundo pero sin poder escribir la canción más hermosa del mundo, en este frenético feriado que da inicio a un cambio de época, entre etílicos vasos y arena de playa, hago una pausa para mencionar vagas ilusiones que espero, desde este granito de arena, se cumplan en el 2009, para continuar en lo que queda de estos festejos, como dijo el escritor colombiano Oscar Collazos, en esa exaltación de la lucidez llamada ebriedad y a riesgo de que esto no se publique repito las palabras del maestro Cortázar en un bohemio congreso: ¿Existiría la escritura sin alcohol? (la palabra original es literatura en lugar de escritura, pero es de reconocer que el cambio amerita la ocasión).


Una de las escenas más memorables del “cine ecuatoriano” (llamémoslo así a falta de otro término) debe ser, en la mejor película ecuatoriana que se ha rodado: “Ratas, ratones y rateros”, cuando Ángel, protagonista principal, le da de comer a su decrépita y moribunda abuela. Para el nativo o extranjero que ha pasado largo tiempo en Ecuador, encontrará en estas imágenes del film la metáfora de que son los ladrones, pillos, pipones y esclavos de la corrupción (inclúyase aquí: los malos Políticos, burócratas, empresarios y el resto de seres que componen esta despreciable especie de todas las etnias, razas, ideologías y género) los que le dan diariamente de comer a esta decrépita y moribunda patria.

Y estos tragi - comunes hechos no tienen únicamente ese aire abstracto, lejano e inalcanzable que poseen los que brumosamente detectamos en el Ministerio de Deportes, la Corte de Justicia o las compañías que fumigan plantaciones aledañas a las comunidades con Mancozeb y también las que se dedican a talar los bosques de Esmeraldas (entre un millar de otras), sino que estas actividades también tienen expresiones terrenales que el ciudadano común práctica y sufre. A todo trabajador, en el país, mensualmente se le descuenta el 9.35 por ciento de su salario (sin olvidar el 11.15 por ciento que paga el empleador) por concepto de seguridad social, ¿y cuál es el servicio que recibimos? (mencionando algunos tenemos el mal trato en las instalaciones por parte del personal, la casi nula atención que se da y unas magras pensiones); cuando nos dirigimos a un cajero de cualquier banco en una aleatoria ciudad, los costos de sacar nuestro dinero son estrepitosos, mientras que en otros países los clientes no permiten que se haga esto y si los bancos insisten en llevarlo a cabo las personas se dirigen a retirar el dinero de sus cuentas; vigilantes corruptos y organizados con tarifas de coimas para la ocasión; entre múltiples cotidianeidades que en algunos casos pueden estar tan arraigadas a una cultura y ser tan comunes como las guaguas de pan en noviembre o los stickers de camiones: No se pegue que no es bolero que aparecen en otra excelente película ecuatoriana: “Que tan lejos”.


Y así como los alcohólicos anónimos con su un día a la vez, todos deberíamos tratar de denunciar, condenar y erradicar estas prácticas que son los cimientos para corruptas atrocidades de esfera alta. La solución: Tal vez sea un romántico o un Quijote pero creo que está en fomentar la democracia, moldear ciudadanía y unirse como colectivo, exigiendo lo correcto y sin dejarse amenazar por élites de toda clase de poder, y no escoger la vía de escapar (migrar), y ya que estábamos hablando de Cortázar, no hacer como sus incestuosos personajes de cuento: Rodeé con mi brazo la cintura de Irene (yo creo que ella estaba llorando) y salimos así a la calle. Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que a algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada.

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