Creo haber escrito que en Buenos Aires, después de haber leído un libro de Tomás Eloy Martínez (R.I.P a alguien que recién el año pasado lo empecé a leer con El Cantor de tango y La novela de Perón), quisiera alquilar una pieza y quedarme por un par de meses. En Belgrano, en las barracas y por ahí caminar hasta la Av. Libertador y llegar a los Bosques de Palermo y seguir hasta Santa Fe. Al menos tres meses. Escribir un cuento en cada café de Montserrat y de San Telmo donde uno puede pasar horas y horas leyendo. Caminar como desquiciado sin rumbo alguno, desde El Abasto hasta La Recoleta, dejando que el tiempo pase, levantando la vista y siempre viendo el cielo celeste.
El cantor de tango de Tomás Eloy Martínez es un homenaje a Buenos Aires y aunque no es un excelente libro podría servir de guía para personas con complejo de turista japonés que quieren hacer los mismos recorridos que Amélie hizo por París o los amiguetes de Side ways por los viñedos de California. Y al final no sé si sabría recomendar esa novela porque hay tantas que hablan de Buenos Aires. Por mi parte, cuando fui, tenía ganas de conocer el Parque Lezama después de haber leído una decena de veces Sobre héroes y tumbas de Ernesto Sábato. El lugar donde Martín vivió después de haber huido de casa y el lugar donde conoció a Alejandra. Viví en la calle Brasil, tan cerca del temido barrio Constitución pero a cuatro cuadras del parque. Una casualidad que mi tía tuviera una casa en San Telmo desde hace veinte años. Tan cerca también del lugar donde supuestamente habita El Aleph (y que el tucumano TEM también lo cita en su libro). A la calle Garay nunca fui, no me puse en posición decúbito dorsal ni pude ver la brillante luz que contiene todos los momentos de la humanidad. No sabía de la calle Garay porque, me avergüenza decirlo, hasta la fecha no he leído a Borges.
No es que no quiera o no me interese leer a Borges pero le tengo algo de miedo. Siento que en sus cuentos y poemas debe haber algo escondido, alguna especie de elixir que nunca podré ver, que seré incapaz de reconocer así se presente frente a mis ojos. Creo que leer a Borges me haría sentir como el imbécil que nunca he querido ser. Y cada vez que le cuento a alguien de esto, me contesta que no sabe lo que me pierdo. Debe tener mucha razón. Sobre todo ahora que he leído el especial escrito por Pablo De Santis (de quien no se mucho además de un par de colaboraciones que ha hecho para la revista peruana Etiqueta Negra) para La Revista acerca del Buenos Aires de Borges. Leí unos pocos versos que citó De Santis de Borges y estaba de vuelta en Buenos Aires.
Pasará algún tiempo hasta que realmente me dé un buen aire, por el momento espero empezar a leer a Borges. Estoy revisando y es mucho de lo que me he perdido. ¿Alguien me ayuda con varias sugerencias de por dónde empezar o hay que dejarse llevar como en las caminatas por Bs. As.?
La entraña de mi alma, por Pablo De Santis.
La Buenos Aires de Borges es una Buenos Aires de a pie. En sus cuentos y en su vida abundan esas largas caminatas nocturnas, casi siempre rumbo al sur.
La Buenos Aires de Borges es una Buenos Aires de a pie. En sus cuentos y en su vida abundan esas largas caminatas nocturnas, casi siempre rumbo al sur.
Hay dos ciudades que se alternan: la de los amores contrariados (las esperas en esquinas y confiterías de un Borges siempre enamorado) y la ciudad de las caminatas y la amistad. Buenos Aires puede ser, por acumulación de decepciones, un modesto infierno: “Y la ciudad, ahora, es como un plano de mis humillaciones y fracasos; desde esa puerta he visto los ocasos Y ante ese mármol he aguardado en vano”. (más)
6 comentarios:
Muy copadas las fotos, realmente !
Gracias viejo, Bs. As. es bastante fotogénica, asi que se presta para las fotos...
Saludos
Creo que Borges es un gusto adquirido. Piérdele el miedo, acércatele con curiosidad y humildad, como a un amigo sabio. Deja que te sorprenda y que te cuente sobre imposibles viajes en el tiempo, laberintos, y bibliotecas infinitas.
A Borges, como a Sábato y a Cortázar, siempre se vuelve.
Saludos, Raúl. Siempre me encuentro con cosas bacanes cuando me doy una vuelta por acá.
Shaime, viejo, gracias por los links... estaba pensando en empezar por los cuentos.. no se por los del aleph o algo asi... pero ya veremos, estoy en pretemporada para entrar con borges
saludos
Raúl, te recomiendo Ficciones para empezar (donde, a mi gusto, está su mejor cuento, "El Sur") y un libro de conversaciones para que conozcas al Borges oral, que es un placer exquisito. Diría que este último rubro lo empieces con el libro de conversaciones con María Esther Vásquez, aunque dada tu afición hacia Sábato, tal vez sea mejor que empezaras con el "Diálogo Borges Sábato", compaginados por Orlando Barone. Todo lo consigues en librerías locales y todo es una delicia para tu marulo. Suerte y saludos.
Xavier, justo estaba por comprarme los diálogos con Sabato, ya los había visto la otra vez... El Aleph también pinta bien y Ficciones según tu recomendación también estará en mi lista para empezar a leer a Borges.
Saludos
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