23 de agosto de 2008

Entre salidas fáciles e historias de pendejos

Nunca me han gustado las historias del tipo La culpa es de la vaca (incluso ya tenia un escrito dedicado a estas). Tan simplistas, falsas y parcializadas, sin representar el mundo en que vivimos, mostrándose como una primitiva utopía pragmática, donde el pensamiento no es necesario, solo se debe aprender la lección y todos tus problemas serán resueltos. Pero ahora, por esas ironías de la vida, utilizaré una de estas patrañas cortas y sin brillo, para explicar las soluciones fáciles a las que concurrimos, como humanidad todo el tiempo, esperando que las justificaciones y opiniones, sirvan para complementar y dar un mayor contexto a lo que se trata de explicar.

En un pueblo, un automóvil se cayó al río y para sacarlo de ahí, se reunieron las autoridades policiales, bomberos y guardia civil, con el objetivo de decidir el método apropiado. La respuesta fue conseguir una grúa o vehiculo más grande y sujetar con cuerdas al que ya estaba dentro del agua, para sacarlo mediante la fuerza. En un principio la idea pareció dar resultados, pero después el auto ya sumergido, arrastró la grúa al fondo del agua. Entonces se volvieron a reunir las autoridades, además de los curiosos del lugar, para debatir las soluciones que permitan resolver el doble problema. La respuesta adoptada fue traer a un tercer vehiculo (mas grande) para sacar a los anteriores. En resumen, sucedió lo mismo y ahora se encontraban tres automóviles en el fondo del río, por lo que todas las personas se volvieron a reunir, para con sus conocimientos técnicos, buscar la mejor alternativa; pero por distintas razones, se opto por una cuarta grúa. La experiencia fue la misma y al final del día, no hubo uno, sino cinco vehículos en el río.

Con el párrafo anterior, relativamente y de forma escueta, se puede explicar como la humanidad, bajo el actual modo de pensar, siempre busca la salida fácil, sin complicaciones y sin sacrificios para resolver todos los problemas que se presentan en el tiempo. Porque podemos dejar a un lado la tonta historia, y ver la cruda realidad, con claros ejemplos de como se pretende perforar el Ártico en busca de petróleo para detener una crisis energética, sin que importen las graves consecuencias ambientales (ya saben, la tecnología lo resuelve todo); también como con la actual situación de inseguridad en Guayaquil, muchas personas que conozco, abogan por la pena de muerte en lugar de corregir de raíz al problema; y como el presidente ecuatoriano, nos enseña la salida mas fácil para hacer democracia, sin respetar las minorías, porque como sabemos eran 400 contra 50.

Con esta prepotencia de democracia se puede terminar este escrito, definiendo el pensamiento del presidente, con otro cuento simple (hecho en Ecuador, cortesía de Miguel Donoso Pareja), que relata la historia del niño que de grande quería ser un pendejo, porque siempre escuchaba a los mayores que decían: mira a ese pendejo con hembrota, carrazo y, podría añadirse, que es presidente (con poder para hacer lo que quiera, el sueño de todo ecuatoriano). Es que los pendejos son vivísimos a la larga, explica Pareja, y como los gallegos o pastusos, al final son los que nos hacen tontos a nosotros, pidiéndonos su voto. ¡Ojala no vaya a la cárcel por no querer ser pendejo!.

Fuentes:
La muerte de Tyronne Power en el monumental de Barcelona, por Miguel Donoso Pareja.

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