7 de mayo de 2008

Birmania, Chile, Ecuador y la lista continua...

En la actualidad se estima que existen alrededor de 22 millones de refugiados ambientales y dentro de cinco años se espera una cifra cercana a los 50 millones, sin mencionar a los otros 50 millones de desplazados que ya existen actualmente dentro de las fronteras de los países afectados. ¿De qué países creen que son las personas más afectadas por estos eventos? Si su respuesta fue de “los más pobres”, “países del Sur” o “países en desarrollo” su respuesta es la correcta.

“Refugiados” son denominadas las personas que por fundados temores de ser perseguidos por motivos de raza, religión o cualquier otro tipo de discriminación, se encuentren fuera del país de su nacionalidad, sin poder o querer regresar a este; mientras que “refugiados ambientales” se definen a aquellos individuos forzados a dejar su hábitat tradicional, temporal o permanentemente, debido a un marcado trastorno ambiental, por causas naturales y/o provocados por la actividad humana. Estos nuevos procesos de migración deben ser tomados en cuenta, buscando replantear el actual concepto de “refugiados” basado en cuestiones políticas, recordando el vínculo que tiene la convención de Ginebra con la protección de los derechos humanos.


Sin embargo existen dos restricciones para crear esta nueva figura jurídica. La primera se centra en la devaluación que tendría la nueva denominación, puesto que los asilados en la gran mayoría de casos son considerados de esta manera por las distintas opresiones políticas (y no por sus condiciones de vida), por lo que al nuevo concepto de “refugiado” podrían acceder personas víctimas de la pobreza u otras problemas culturales y/o sociales; y la segunda razón radica en que la mayoría de personas desplazadas lo hacen dentro del país de origen. Una respuesta planteada a esta situación es que el alcance de la nueva denominación no se dé debido a las causas que provocaron la migración, sino a las consecuencias de estas.

Existen tres categorías de “refugiados ambientales”: Los desplazados temporalmente y que piensan regresar a su hábitat natural (víctimas de erupciones de volcanes, terremotos, etc.), aquellos desplazados permanentemente por cambios drásticos en su entorno (construcción de presas, contaminación por petroleras, etc.) y aquellos que se han desplazado permanentemente en busca de una mejor calidad de vida porque su hábitat es incapaz de proveerles las necesidades mínimas (pérdida de productividad en los suelos, desertificación, etc.).


Birmania, Chile y Ecuador son una muestra de las víctimas que pueden causar fenómenos climáticos, donde la degradación ambiental siempre va a estar ligada a situaciones de migración y pobreza. Por esto es necesario más allá de aceptar el concepto de “refugiado ambiental”, proveer a todos los países las herramientas y recursos necesarios para la prevención, y cambiar nuestro actual modo de consumo, al ser los principales causantes del deterioro del medio ambiente. ¿Cómo se puede hacer esto? Recordemos que anualmente se dedican entre 70,000 y 80,000 millones de dólares en subsidios de energía (especialmente combustibles fósiles). Nadie creería la excusa de que no hay suficientes capitales.

Fuentes:
A 63,000 llegarían muertos por ciclón, publicado en el diario EL UNIVERSO, el día 7 de mayo del 2008.
http://www.eluniverso.com/2008/05/07/0001/14/internacionales.html
Refugiados ambientales: El nuevo desafío del derecho internacional del medio ambiente, por Susana Borrás Pertinat.
http://www.scielo.cl/pdf/revider/v19n2/art04.pdf
La tragedia del refugiado ambiental, por BBC mundo.
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_4330000/4330568.stm
http://comambiental.blogspot.com/2006/04/refugiados-ecolgicos-los-que-llegan-de.html

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