14 de agosto de 2009

Portafolio montevideano

En Montevideo por fin pude sentir el otoño. Un clima húmedo, con muchas ganas de lluvia, totalmente gris el cielo y árboles que de verde pasan a ser rojos. Ciudad rodeada por playas y con gente, a diferencia de Buenos Aires, que se la veía más sencilla, sin tanto arreglo, abrazando al mate como su único compañero. Parecía que su estado de ánimo dependía mucho del tiempo, lo que se reflejaba en su algo gris vestimenta.

1. Mercado del puerto: en ningún otro lado he comido mejor. Carne al vacío con largo sorbos del adictivo y espumoso "medio y medio".



2. Caminando hacia el Palacio Taranco, por la zona bancaria, se puede ver un conjunto de edificios que creo haberlos visto en películas hollywoodenses. "Blindness" creo que es una.






3. Esté gris o no el cielo en la tarde, el crepúsculo tenía esa tonalidad rosa y un aire nostálgico invadía el lugar. La locación es cerca del edificio del Congreso. En Montevideo no existen semáforos. La amabilidad en los montevideanos es algo innato.

4. Edificio del Congreso durante el atardecer. Dos días después, durante un feriado de día lunes, el edificio estaría lleno de personas y rosas despidiendo al maestro Mario Benedetti. Yo estuve ahí.

5. La ciudad está rodeada por Ramblas. Se puede ver tanto el atardecer como el amanecer. Yo me quedaba en Pocitos, gracias a la amabilidad de Virginia, una amiga. Caminando por el club de golf, en playa Ramírez, se podía ver el centro de la ciudad y el edificio del Mercosur.

6. Al otro lado de Pocitos está el club de Buceo. Me imaginó que aquel hombre pescando fue uno de las tantas postales que vio Ramón Budiño, el personaje de "Gracias por el fuego" de Benedetti, que entre las únicas satisfacciones que tenía día a día, era volver a su casa por las Ramblas.

7. En Carrasco, los edificios parecen pequeños castillos de otras épocas y lugares. El barrio luce deshabitado y parecería que el tiempo ahí se estanca. Un otoño perpetuo.

8. Playa de Punta Carretas. Cerca de donde me quedaba. Sitio de reunión para dedortistas, paseadores de perros y gente con el termo mate entre los brazos, como cargando a un bebé. Pero en realidad creo que es su mejor amigo.

9. El antiguo casino de Carrasco. Frente a la playa, ahora abandonado. Antes un sitio cotizado por ricos, matones, y putas. De Gaulle se supone que un día iba a pasar ahí la noche. No encontraron camas de su tamaño.

10. El Palacio Salvo tiene un gemelo en Buenos Aires: El Palacio Barolo. Inpirados en la divina comedia de Dante.

11. Osos en la Plaza Artigas (casi todo en Uruguay tiene el nombre de Artigas). El oso argentino tenía una foto de Gardel. Los montevideanos lo destruyeron y levantaron su propio oso uruguayo con la foto de Gardel.

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