Palabras del excelentísimo Dr. Edmundo Budiño: ¿Todavía no te enteraste de que este país me queda espantosamente chico (Uruguay)?… Me gusta ver como la plata borra las palabras… Creen que la revolución es andar sin corbata… Bien sabes que yo me hago pichi en la revolución… En la democracia me hago caca… Democracia les significa propaganda (a Estados Unidos) y hacen tanto ruido con ella, incluso frente a Cuba, que nadie se acuerda de cómo alimentan a Stroessner y a Somoza, dos de los míos… Para mi democracia es esto: Escribir todos los días un editorial de ejemplar madurez y corrección política, y telefonearle enseguida al jefe de policía para que le dé garrotes a mis obreritos de huelga… Para matar a un tipo hay que despertarse cornudo, o tener huevos o estar borracho. Y ustedes toman Coca – Cola... ¿Cómo no queréis que desprecie a la gente, si me acepta como soy?... Desde el comienzo fue para mí una tentación espantosa: Estafarlos, joderlos… Ahora reparto armas a los nenes de mamá, llevo a cabo campañas calumniosas… Siempre hay alguien que puede ser comprado o que no tiene suficiente cojones, o que saca un cigarrillo y se encoge de hombros… ¿Y la conciencia? Esto es tremendo. Yo no tengo. O si tengo, nunca la he encontrado...La tortura es como les voy a decir, una forma de aprendizaje rápido…
Palabras de su hijo Ramón: El país también es hospitales sin camas, caras de hambre… El país es otra cosa peor, tal vez, que esa tierra ideal que ustedes inventaron (hablando Ramón a su hijo)… Ustedes se meten la moral en el bolsillo, y en eso están completamente equivocados… ¿Qué harían vos y todos tus revolucionarios, sin corbata, con la posibilidad de un cambio de estructura, y con la inmediata entrega de esa estructura a un malón de tipos inmorales, ambiciosos, maniobreros?... Solo existen dos vías para adquirir conciencia política: Una es el hambre y el despojo, la otra es la educación… Ustedes hacen planes sobre la base de un pueblo que previamente idealizan, pero ese pueblo no ha dado aun el visto bueno a esa idealización… Aquí todos saben leer y escribir, pero no pensar políticamente… ¿Quién puede vivir en este país, en este mundo, en este tiempo, de acuerdo a sus principios, a sus normas, a su moral, cuando son otros quienes los dictan?... El marxista, trabaja en un banco… El anarquista recibe un sueldo del Estado… El yanqui es un animal de costumbres… Por lo general, los hijos de los ricos piensan con dinero, que es una manera peculiar de pensar… Me conmueve cualquiera de esos mendigos que exhiben la pierna con llaga, convenientemente rodeada de moscas. Esa llaga que constituye su capitalito… Eliminar a un crápula debe ser otra forma de sentirse vital…
Cuando leo un libro, imagino quien puede representar a los personajes de este. En Gracias por el Fuego de Mario Benedetti, Edmundo Budiño es un híbrido de los políticos que hemos tenido en ese simulacro de democracia ecuatoriana, con León Febres – Cordero como la cabeza, Lucio como el colón y el recto, y así el resto, cada uno, conformando ese monstruo deforme con aspecto humano. Y Ramón somos todos esos hijos que queremos cometer un parricidio y acabar de una vez por todas con lo déspota, vil, corrupto y canalla de anteriores generaciones.
Las frases de arriba: Un par de palabras, después de observar como los promotores del No o el Nulo, se limitan a pasear ovejas, colgar monigotes y no promueven una verdadera democracia participativa. Porque si se enorgullecen de los hechos en la Universidad Católica. No nos engañemos. Eso fue algo del momento, y usando a Benedetti, unos revolucionarios vacacionales que suspenderían su revolución a causa del mal tiempo, o la postergarían hasta abril para no perderse la temporada de playa. Claro que todavía estamos a tiempo para ese verdadero activismo y lo de la Católica puede que sea la llama que encienda una mecha, no solo para majaderos, donde participen todos los ecuatorianos.
Fuentes:
Gracias por el fuego, de Mario Benedetti.
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