Hoy, los ojos del mundo futbolístico tienen su mirada puesta en Austria y Suiza. La Eurocopa de naciones, el evento más importante después de una copa del mundo, se celebra en estos dos países, que con una buena organización y simpáticos estadios, ha reunido a las mejores naciones del continente en busca de la gloria deportiva. Caso aparte: Holanda y Portugal son mis favoritos.
Ahora, viendo más allá del fútbol, se darán cuenta que las gradas siempre están colmadas, sin importar el equipo que juegue o el partido que fuese (Grecia vs. Rusia estuvo a reventar), y si se observa bien, la capacidad de los estadios donde se juega el encuentro, están distribuidos casi equitativamente para los hinchas de cada país.
Cuando se juegue la final Liga de Quito vs. Fluminense no sucederá lo mismo. El marco del compromiso será cerca de cinco mil fanáticos del equipo brasileño y el resto de las tribunas llenas de hinchas blancos; viceversa será el marco del Maracaná. De igual manera sería en una Copa América, con pocos miles de hinchas que irían a apoyar a su selección, pero los estadios igual a reventar por la oportunidad que tienen los locales de ver las máximas estrellas del fútbol. Imaginen a Messi o Robinho jugando en Riobamba. ¡Hasta yo me pego el viaje!
Esto de que muchos fanáticos europeos de sus respectivas selecciones puedan acompañarlas a las ciudades donde jueguen; y no se dé el mismo caso en América del Sur, me ha puesto a pensar en los motivos por los cuales se da esto en el viejo continente; y en vista de que no viajaron a la Eurocopa Marian Sabaté o Mariela Viteri, porque nuestra tricolor no participa, divas que siempre con sus “amplios conocimientos” nos muestran el ambiente existente en las calles sedes de estas competiciones, he barajado algunas opciones como: El nivel de de vida de sus habitantes, las facilidades de transporte, las mejores condiciones de trabajo que permiten viajar por algunos días y las ofertas turísticas.
Pero hay una opción dando vueltas en mi cabeza, y estoy casi seguro que es la causante de las otras presentadas al final del párrafo anterior. Esta es la integración regional, la que permite derribar fronteras en la movilidad de personas, y viajar tranquilamente y rápidamente entre distintos países, además de invertir y hacer negocios.
Las razones para integrarse consisten en cuestiones económicas y sociales. Por un lado en lo económico, se buscan ampliar los mercados para un mayor consumo y aprovechar de una mejor manejar las ventajas comparativas; y se espera aumentar la competencia, con el objetivo de acelerar las inversiones y mejorar el bienestar de las personas.
En cuanto a las razones sociales se pretende que mediante la unión de intereses económicos, se termine por unir los intereses políticos de los países integrados; y otro argumento social de la integración, es aumentar el peso político internacional de cada país, mediante la toma de acciones en conjunto.
Razones como estas permiten que para una Eurocopa se puedan conseguir boletos y habitaciones a bajos precios.
La integración puede ser desde acuerdos preferenciales (bilaterales la mayoría), hasta una unión económica plena, con políticas macroeconómicas comunes. América Latina pienso que está en el escalón más bajo de la integración, así existan llamados para juntar los pueblos u otros discursos retóricos, que nunca se materializan en un tren latinoamericano que recorra y comunique a todos los países, u otras ideas integradoras que sigo divagando.
Fuentes:
Estructura económica mundial, por Jaime Requeijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario