8 de diciembre de 2010

Hay cosas...

Hay cosas por las que soy barcelonista: Nunca nos dejaríamos meter un gol en el último minuto de una final de campeonato. Tampoco habiendo ganado en Guayaquil, en cinco minutos eliminarnos de una Copa Sudamericana contra un desconocido equipo llamado Avaí. Que muy mal estamos desde hace rato, lo acepto. Envidia a los de Independiente, que después de tantos años levantan otro trofeo internacional. Tuvieron la oportunidad y no la desaprovecharon. Ahora a celebrar. El regreso de un grande. Ojalá el que está más cerca vuelva a sus glorias.

Como si inconscientemente tratara de sacarlo a relucir – aunque ya no se le cree – mi hermano cada vez que puede me dice que él tuvo la oportunidad de ver esos duelos entre el Nápoles de Maradona y la Juventus de Platiní. El cabrón continua hablando de Van Basten con el Milán y otros equipos que suenan a los ochentas, entre esos el Independiente de Bochini, Burruchaga y más… El partido de hoy no fue jugado a gran nivel. Mucho nerviosismo. Cualquier tailandés o samoano que se hubiera encontrado en la televisión con la final, lo más probable es que después de diez minutos hubiera seguido con el zapping, confundido ante tanto pelotazo. Los que nos quedamos dos horas es porque el fútbol nos ha dado algo. Alegrías y penurías. Hartas puteadas. Cuando concluyó dieron ganas de dar gracias por el regalo. Pasión…


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