Lo siento Flaco pero éstas no son letras de alabanza a tu sublime y mística prosa, ni a tus declaraciones en forma de fábula que ayudan a revelar lo que otros tratan de esconder, o a tu bohemio estilo de vida que has empezado a dejar; ni remotamente es el intento de un clochard moribundo por escribir la canción más hermosa del mundo. Es tu cuarta vez en Ecuador, tres en los últimos cuatros años. Tu cuarta vez en Quito. En el 2006 estuve, cantaste Llueve sobre mojado sin Fito; y cuando viniste con Serrat al siguiente noviembre no pude faltar, no podía perderme escuchar Calle melancolía de Ismael Serrano a dúo, ni Aquellas pequeñas cosas por dos monstruos que han mostrado el camino con su lírica. Ayer sábado no pude estar ahí, lo sabía desde el día viernes, y en medio de una ciudad con calles cubiertas de ceniza no podía parar de pensar acerca del por qué nunca has venido a Guayaquil.
A Buenos Aires la amas y le has dedicado más de un verso; de Lima dices que te gusta visitarla porque por ella puedes pasear “con toda tranquilidad” y antes te “gustaba la Lima la horrible de (el escritor) Salazar Bondy… No sé por qué, en ese momento el caos limeño parecía tener cierto parentesco con el caos de mi alma. Por eso Lima me enganchó”; y en la capital ecuatoriana que te recuerda a tu Andalucía debe pasarla bien, te ovacionan, te creen un genio (y lo eres), te declararon huésped ilustre. Con razón siempre regresas. Cada vez que vienes al país (y tal vez es lo único que conozcas) te imagino recorriendo el Panecillo, la iglesia de la Compañía, la Plaza 10 de Agosto donde no hay asientos (solo palomas), el resto del Centro histórico y Carlos Vera entrevistándote una y otra vez. No te has de cansar, sé que te gustan las cosas más íntimas, entre amigos, pero eso no es todo el Ecuador. Podrías pasarlo bien también en otros lugares. Si supieras la cantidad de guayaquileños, cuencanos, lojanos que vamos para la capital tan sólo para escucharte, algunos pagando la oferta de 430 dólares con hotel de lujo, pases de primera fila y traslado, y otros aguantando hambre, durmiendo en La Carolina esperando la hora en que el siguiente Transportes Ecuador los vuelva a sus hogares.
A Buenos Aires la amas y le has dedicado más de un verso; de Lima dices que te gusta visitarla porque por ella puedes pasear “con toda tranquilidad” y antes te “gustaba la Lima la horrible de (el escritor) Salazar Bondy… No sé por qué, en ese momento el caos limeño parecía tener cierto parentesco con el caos de mi alma. Por eso Lima me enganchó”; y en la capital ecuatoriana que te recuerda a tu Andalucía debe pasarla bien, te ovacionan, te creen un genio (y lo eres), te declararon huésped ilustre. Con razón siempre regresas. Cada vez que vienes al país (y tal vez es lo único que conozcas) te imagino recorriendo el Panecillo, la iglesia de la Compañía, la Plaza 10 de Agosto donde no hay asientos (solo palomas), el resto del Centro histórico y Carlos Vera entrevistándote una y otra vez. No te has de cansar, sé que te gustan las cosas más íntimas, entre amigos, pero eso no es todo el Ecuador. Podrías pasarlo bien también en otros lugares. Si supieras la cantidad de guayaquileños, cuencanos, lojanos que vamos para la capital tan sólo para escucharte, algunos pagando la oferta de 430 dólares con hotel de lujo, pases de primera fila y traslado, y otros aguantando hambre, durmiendo en La Carolina esperando la hora en que el siguiente Transportes Ecuador los vuelva a sus hogares.
Tal vez te hayan hablado cosas que no te gustaron de Guayaquil. Tal vez no simpatices con la salsa o lo con cierto toque tropical. No creo que esas sean razones. ¿Cuestiones logísticas? ¿Impuestos muy altos? Tampoco. ¿Por qué entonces? Me gusta pensar que ir a un concierto de Sabina es una excelente razón para que los guayaquileños viajemos a Quito, una ciudad, además de las diferencias y rivalidades, que por estar tan cerca y a la vez tan lejos a veces nos olvidamos que está ahí, siempre al alcance. No basta eso para justificar. La pelota está de nuestro lado. ¿Se llenaría un show tuyo en el puerto principal? No lo sé. En la capital las entradas se vendieron con anticipación mientras que acá recuerden lo que hicimos con Charly García, quien tal vez nunca regrese y tipejos de la clase de Arjona y Aventura siempre lo hacen. Buscando en Google me doy cuenta que soy el primero que se pregunta los motivos de no tener una visita tuya, Flaco; y pensándolo bien, no tengo muchos amigos cercanos que les guste Sabina, aunque conozco mucha gente de todas partes del país que te escucha en serio, gente con la que lo único en común es sabernos las letras de tus canciones (incluso Bonafont inicia su programa de radio con Nos sobran los motivos) y eso ya es mucho.
En una tierra que ya no es de poetas la gente que en serio te escucha, te quiere ver en vivo y está dispuesta a pagar y llenar un coliseo está bastante separada, dispersa; sin embargo cientos vendrían de Cuenca y Loja (donde todos se creen poetas), o de El Oro, Manabí y hasta de Quito. ¿Qué debemos hacer para que vengas y escuchar a nivel del mar Y sin embargo? ¿Un concierto-tributo como el que en Mallorca le hacen a Tom Waits esperando que algun día se presente? Puede ser. Si no es así ya dijiste que te gustaban las presentaciones más íntimas. Sobran los motivos, entonces, para que nos visites.
Dios le da barbas al que no tiene quijada. Yo estuve en quito pero no me gusta tu "flaco". No va a gye simplemente porque no hay el billete ni la demanda, that's it.
ResponderEliminarSacando pica, verdad?? mmm yo creo que un concierto pequeño si se puede, igual él ya dijo que pensaba hacer ese tipo de presentaciones...
ResponderEliminarsaludos
He leìdo tu post en voz alta en pleno almuerzo a mucha gente a pedido de mi madre que es fan nùmero uno de este hombre y me visitara por mi cumpleaños, el segundo "gustò" que puse es de ella, ya para estas alturas la mujer se ha ido, he vuelto a leer el post y perdida en el pañuelo de amargura, con la casa como emboscada te pongo el comentario!
ResponderEliminarSi Sabina fuera a Guayaquil yo volarìa directo para verlo allà de donde estè!
Si me permites, te robo la entrada o mejor aqui mismo le dedico a mi madre esta canciòn que has colgado por enèsima vez y le pido que entre y solo lea mi comment!
Si no viene, yo voy que nada pasa. Esta vez me tocò calarme un viaje de 8 horas de gye a uio en Transportes Ecuador por el cierre del aeropuerto y ya con boleto comprado, pero mira no pasa nada al fin y al cabo, un buen cafè doble igual al que yo me tomè, una hora de descanso durante el dìa y estas listo para verle.
ResponderEliminarLa primera canciòn que escuchè de Sabina fue Por el Boulevard de los sueños rotos en un cassette, le perdì la pista y años despùes la segunda fue de sobra sabes que eres la primera, ya para ese entonces, vìctima del hampa, digo desenamorada, se colocò muy dentro, y ahora es parte del soundtrack de la vida de uno... buen post, pero no le pidas que venga por favor, no quiero verle al bigoton Nebo en primera fila coreando, ahora es demasiado tarde princesa!
saludos,
Erika
Amanda:
ResponderEliminarSi a tu mama le gusta Sabina ya me cayó muy bien... y todos esperamos escuchar Peor para el sol a nivel del mar y hacer una preli comiendo cangrejos antes de saber que vamos a un concierto de Sabina.
Byceversa:
Lo de Nebot tienes razón pero no me lo imagino en un concierto de Sabina... y es verdad lo de los viajes a Quito, no pasa nada... aunque tengo ganas que Sabina le dedique unas palabras a Guayaquil como se las ha dedicado a Buenos Aires, Lima, Santiago, Madrid, Quito y otras.
Saludos