Tengo las esperanzas de que algún día se erradique el reggaetón. O al menos sabotearlo. Formar una logia tipo The Fight Club en su contra. Y así contribuir con un granito de arena para que se deje de escuchar a Daddy Yankee cuando uno va a la farmacia y al comisariato. Que la gente lo piense dos veces antes de poner Wisin & Yandel a todo volumen en sus autos, en lugares lejos de una discoteca con su hora loca y todo lo demás. El día en que el reggaetón desaparezca estoy seguro que el mundo será un lugar mejor. Pero que eso pase es más jodido, por ejemplo, a que un miembro del partido republicano de USA gane el Nobel de la Paz.
A la salsa tampoco le hago, pero es soportable y después de todo estamos en Guayaquil. Que no es Cali ni La Habana ni Panamá, pero, como en las fiestas guayacas que recién terminaron, sí es una ciudad donde pueden tocar el mismo día y a la misma hora Gilberto Santa Rosa, El Gran Combo y Víctor Manuel en distintos puntos de la ciudad; y también es un lugar donde uno de ley tiene amigos salseros fundamentalistas que la escuchan mientras juegan ecuavolley o están sentados en una chancleta cervecera, y que te ponen por dos horas, sin tregua, Eddie Santiago y otras cosas del mismo género si vas en su auto camino a la playa. La salsa es más pasable, más tragable, digerible que el reggaetón y después de todo, si se hace memoria, lo más probable es que uno tenga buenos recuerdos con Héctor Lavoe y Rubén Blades poniendo la música de fondo.
Esto va porque estuve viendo las fotos de Marcos López. Un fotógrafo santafesino que estrenó una exposición en su natal ciudad y que después recorrerá varias urbes argentinas y extranjeras (esperemos que algún día llegue a Guayaquil), y sus imágenes, principalmente las relacionadas con su obra Pop Latino, tienen algo de eclético. Muestran la vida del latinoamericano pero al estilo Andy Warhol. Muestra el lado B de la gente de a pie. Lo que muchas veces no se ve en las producciones de digamos: Ibermedia o cualquier persona rica o extranjera que decide filmar a lo Eduardo Galeano la miseria de los pobres o lo folclórico de la clase media. Con las fotos de López el lente capta el ritmo, la fe, el ingenio y ese ambiente con colores de carnaval que le dan vida a la ciudad y al campo, y se esconden entre los tugurios, las crisis y la necesidad. Y eso viene al caso porque estuve escuchando el otro día Calle 13 (para mí es reggaetón y el que no lo considere así que me lo explique por favor) y no le di mucha bola hasta que escuché “No hay nadie como tú” (que la cantan con Café Tacuba), y no estaba tan mala esa huevada, así que sumergiéndome en aguas desconocidas encontré una canción llamada La Perla (junto al salsero mayor, Rubén Blades) que por su letra y la mezcla de ritmos (los que mejor hacen ese plato de bandera musical, personalmente, son Los Fabulosos Cadillacs – que cantaron con la salsera Celia Cruz, Vasos Vacíos -), me pareció la mejor banda sonora para acompañar a este portafolio del que no escribo porque sus imágenes son las que hablan. Denle play al youtube antes de seguir.
Internalizar la mística y los ideales del muralismo mexicano para luego hacer “switch” y traspasarlo a los códigos actuales de comunicación de esta insensata aldea global: ‘Armani – Dolce Gabanna – misiles a Belgrado – realidad virtual’ (Manifiesto de Caracas, 1998).
1. Terraza de la fundación Proa - Buenos Aires, Argentina.
7. En el jardín botánico - Buenos Aires, Argentina.
8. El jugador Carlos Paz - Córdoba, Argentina.
9. Santuario - México D.F., México.
10. Botero en el parque - Buenos Aires, Argentina.
11. Taxista cubano - La Habana, Cuba.
12. Plaza de Mayo - Buenos Aires, Argentina.
13. Leyendo en la cocina - Buenos Aires, Argentina.
14. La ciudad de la alegría - Buenos Aires, Argentina.
15. Gardel apareció en el picnic - Buenos Aires, Argentina.
16. Bolívar y las tres potencias - Caracas, Venezuela.
Para ver el resto de la obra y otras temáticas que ha trabajado Marcos López, acá; y para leer algunos de sus escritos, acá.
interesante ese marcos lópez. el asado en mendiolaza me parece una última cena en versión gaucha...
ResponderEliminarsaludos, Raúl.
azul
Que intolerancia Raulito.. deje nomás que cada cual vacile su patín eh.
ResponderEliminarAlguna vez escucha las letras y ritmo de algunas canciones de Tego Calderón, es pa matarse de risa de las idioteces que se le ocurren.
Y respecto a Calle 13... sea o no reggaeton a mi me fascinan. Es otra cosa .. Acá un poco mas de ellos.
Saludos
Azul: Ese es buenísimo pero pertenece a otra colección que me gusta más pero es un poco puertas adentro mientras que pop latino es puertas afuera.
ResponderEliminarPQ:mmm está bien lo de vacilar el patín pero también hay que hacer algo para que no te pongan a don omar cuando uno entra a la fybecca. Hay que armar la resistencia para que no se apodere de todos los espacios. Tampoco es que quiero que en las discos se escuche Bob Dylan... Y sobre Calle 13 la verdad es que está chevere y lo bueno es que tengo varias amigas que siempre escuchan Wisin y Yandel pero odian a Calle 13. Así compruebo que los tipos tocan bien y la pegan.
Saludos.